Mientras el Papa en Roma pide perdón por los sacerdotes abusadores, el arzobispo de Montevideo, recientemente nombrado, hace otro tanto con los homosexuales de su propio país. Daniel Sturla, que ocupó en marzo la sede de Montevideo, se reunió con representantes de la asociación de las comunidades homosexuales de Uruguay y pidió perdón por las discriminaciones que puedan haber sufrido de parte de la Iglesia Católica.
La prensa uruguaya pone de relieve con grandes titulares que es la primera vez que se realiza un encuentro de este tipo. Sin embargo no hay ninguna novedad respecto de la posición de fondo que expresa Sturla contraria al matrimonio gay, que por otra parte en Uruguay cumple un año con resultados muy por debajo de las expectativas: sólo 70 parejas homosexuales se unieron en la ciudad de Montevideo en base a la ley que autoriza el matrimonio igualitario, aprobada por el Parlamento con resonante acompañamiento mediático el 10 de abril de 2013.
En relación a este tema, el arzobispo confirmó la intención de bautizar a los hijos de parejas homosexuales.

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