El “presidente de la esperanza”, como lo habían saludado las asociaciones pro-inmigrantes, acaba de batir el récord de expulsiones de sus predecesores y podría convertirse en el presidente que más deportaciones ha permitido en la historia de los Estados Unidos. En qué momento pasó el umbral de los dos millones, no se puede detrminar con exactitud matemática, pero en el mes de marzo de 2014, según la contabilidad de las asociaciones que luchan por los derechos de los inmigrantes, la administración de Obama ha superado el récord de dos millones de expulsados en los cinco años de gobierno democrático.
El Departamento de inmigración y aduana del gobierno asentó en sus registros 265 mil deportaciones entre el 20 de enero y el 30 de setiembre de 2009, primer año de Barack Obama en la Casa Blanca. Los años posteriores fue en aumento: 392.862 en 2010, 396.906 en 2011 y 419.384 en 2012. El número de expulsados se reduce levemente en 2013, registrándose 368.644 individuos. En 2014 se ha mantenido la misma tendencia, lo que lleva a suponer que a fines de marzo o principios de abril superó la fatídica marca de los dos millones de expulsados, más que en los ocho años de gobierno de George W. Bush, con 2.012.539, y más que las deportaciones realizadas por los presidentes anteriores, Bill Clinton (141.326 personas) y Ronald Reagan (168.364).
En las expulsiones de la era Obama ha cambiado también el perfil de los deportados. Un memorando del Departamento de inmigración y aduana referido a 2011 –que se conoce como “memorando Morton” por el nombre del entonces director del Departamento- señala que la policía tiene instrucciones de concentrar los esfuerzos de represión de la actividad inmigratoria ilegal en aquellos individuos que constituyen un peligro para el país. El memorando muestra que este criterio de fondo de ninguna manera se tuvo debidamente en cuenta. Del total de los expulsados en 2013, el 41% no había cometido delitos. Muchas de las deportaciones efectuadas por la administración Obama afectan a padres de niños que tienen nacionalidad estadounidense. Entre julio de 2010 y octubre de 2012 las autoridades deportaron 200 mil hijos con ciudadanía estadounidense.
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