EL ARGENTINO QUE LE SALVÓ LA VIDA AL PAPA. Recibió al cirujano que lo operó de urgencia en 1980. “Esa noche sentí que me moría…”

Juan Carlos Parodi en una foto de 2012. Archivo-Hernán Zenteno-LA NACION
Juan Carlos Parodi en una foto de 2012. Archivo-Hernán Zenteno-LA NACION

Se llama Juan Carlos Parodi y en Argentina es un médico cirujano famoso que goza de gran prestigio profesional. A los 72 años todavía está en plena actividad, sobre todo en los congresos mundiales en los que a menudo participa como inventor de una técnica endovascular para operar los aneurismas de la aorta abdominal. En 1980 Parodi atendió a un “humilde sacerdote muy enfermo” –Jorge Mario Bergoglio- y tomó la drástica decisión de operar inmediatamente a su paciente. De lo contrario, su vida corría peligro. El 9 de abril pasado el Dr. Parodi, que se encontraba en Londres, fue informado de que sería recibido por el Papa Francisco, su ex paciente y actual obispo de Roma. En una entrevista a “Radio Confidencial” Parodi relató cómo fue el encuentro: “Viajé inmediatamente a Roma” y en el Vaticano pude hablar con el Santo Padre cerca de cuarenta minutos.

Recordando lo sucedido en 1980, Juan Carlos Parodi cuenta: “Para mi fue una sorpresa.  En el año 80 fui llamado por un clínico que me dijo que tenía un humilde sacerdote muy enfermo. Era un jesuita que había hecho los votos de pobreza, castidad y obediencia y que no tenía recursos. Me preguntó: “¿Sos capaz de ayudarlo?” Me sentí honrado. Dejé todo y esa noche fui a ver a este sacerdote. Estaba muy enfermo

Treinta y cuatro años después el Dr. Parodi continúa su narración: “Lo había operado –continuó–, no me acordaba mucho más: que había salido bien, que me había regalado un libro. Había insistido en pagarme y yo por supuesto desistí. Me había regalado un libro dedicado. Después me enteré de que ese sacedote humilde y muy enfermo era Bergoglio»

El reciente encuentro con el Papa fue una de las experiencias más hermosas de mi vida, observa Parodi. “Apenas me vio, el Santo Padre exclamó: “Juan Carlos, estás igual que cuando yo te vi esa noche que sentí que me moría. Vos me salvaste la vida. .. Sí, vos me salvaste la vida porque yo tenía una gangrena de vesícula, que todo el mundo sabe que es altamente mortal. Esa misma noche me operaste; nunca voy a olvidarme de tu cara, porque cuando vi tu cara empecé a sentirme mejor, mejoré”».

El Dr. Parodi, conmovido y sorprendido, agrega. “Ahora lo vi muy bien. Su salud me parece perfecta. ¡Es increíble!, pero está bien, muy bien”.

El 19 de marzo de 2013, pocos días después de la elección de Jorge Mario Bergoglio, el Dr. Parodi publicó en un diario argentino esta breve carta: “El Papa Francisco es un hombre a quien se va a amar mucho y va a hacer un gran bien al mundo. Fue mi paciente y lo operé unos años atrás. Su elegida humildad es una cabal muestra de su personalidad. Sin estar de acuerdo en la exaltación de la pobreza, pienso que debemos ayudar al pobre, sin duda, pero hay también que odiar esa pobreza que lo arrastra a la miseria y le quita posibilidades de vivir dignamente. Más bien, hay que crear riqueza y repartirla con equidad. La Iglesia no tiene que ser rica ni ostentosa, pero tiene que tener recursos para desempeñarse eficientemente y cumplir su misión. Alegrémonos de la fortuna de tener a un hombre bueno e inteligente como el nuevo Papa de nuestra Iglesia”. (Sección Cartas de lectores de La Nación, 19 de marzo de 2013).

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