GENERACIÓN NI-NI. El fenómeno de los jóvenes que no estudian ni trabajan afecta también América Latina. Un estudio de Cidade Nova de los Focolares

Con los pies en el aire
Con los pies en el aire

Ni siquiera Brasil, líder de los ambiciosos BRICS, es inmune al problema, tal como explica el número de julio de la revista brasileña Cidade Nova, del movimiento de Focolares. El estudio cita datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas: entre los pliegues del gigante sudamericano se ocultan 9,6 millones de jóvenes de 15 a 29 años que no estudian ni trabajan. Exactamente el 19% del total, informa la Organización Internacional del Trabajo (ILO).

La estadística que refiere Cidade Nova pone de relieve también una enorme diferencia porcentual cuando se relaciona el dato total de los ni-ni con la raza, la diferencia de ingresos y sobre todo el género.  De esa forma se puede ver que el 70 por ciento de esos 9,6 millones de jóvenes que no trabajan ni estudian son mujeres. La mayoría de las veces con hijos. Y los números suben si al dato de los hijos se suma el hecho de que pertenecen a la raza negra. La diferencia de ingresos también es un factor sumamente relevante. Desde este punto de vista, la diferencia de oportunidades en vez de retroceder, como podría hacer pensar el explosivo crecimiento del PIL brasileño, va continuamente en aumento.

Según las cifras del ILO, el crecimiento registrado en los últimos años en América Latina no es suficiente (todavía) para mejorar de manera sensible la situación ocupacional de los más jóvenes, que siguen afrontando un panorama incierto mezcla de desocupación y precariedad.

En cuanto al total de la región, los jóvenes sin trabajo ni formación alcanzan los 21,8 millones (el 20,3%), de los cuales, dos de cada tres son mujeres. Los países peor ubicados son Honduras, Guatemala y El Salvador, con tasas que van del 27 al 25 por ciento.

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