Cuba se abre al mundo y por los resquicios se cuela también algo indeseado: la droga. En 2014 la aduana cubana interceptó 40 toneladas de “sustancias ilícitas” que eran introducidas a través de los puertos y aeropuertos de la isla. Números pequeños en comparación con los países vecinos, sobre todo los de América Central, pero que señalan la existencia de un fenómeno que las autoridades negaban atribuyéndolo al “corrupto mundo capitalista”.
El principal telediario cubano, en la edición central denominada “estelar”, mostró por primera vez las imágenes de una operación antidroga efectuada en el aeropuerto internacional José Martí. En el servicio que acompaña las imágenes inéditas se informa acerca de otros 40 casos descubiertos de intentos de introducir estupefacientes a la isla y las técnicas adoptadas por los traficantes. El servicio presenta también el caso de un pasajero-mula con droga en su propio cuerpo, destinada “al mercado interno”. Un reconocimiento que debe haber sonado novedoso para los televidentes cubanos.
Los datos correspondientes al período enero-noviembre del año que acaba de terminar y que refiere la televisión cubana, reconocen haber interceptado por via aérea 38.843 kilos de droga, 587 de los cuales eran de cocaína y 2.224 de marihuana.
La existencia de un mercado interno queda admitido, además, por la presencia de un mensaje superpuesto que advierte sobre la apertura de una línea telefónica de ayuda a los toxicodependientes. El deshielo con Estados Unidos y el incremento del turismo que está previsto para los próximos meses, sumará un frente de combate distinto al que está acostumbrado el socialismo cubano.
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