El ministro de Cultura de Bolivia, Marko Machicao, asegura que el Papa Francisco ha pedido, durante las horas que visitará la ciudad de La Paz (a más de 4 mil metros de altura), disponer de algunas hojas de coca para masticar, como lo hace la población local, con el fin de prevenir y combatir el mal de altura (soroche), que produce síntomas desagradables como dolor de cabeza, cansancio y somnolencia. Los pueblos de Bolivia que mastican hojas de coca (llamado “mascado” o “acullicu”) contrarrestan de esa manera los efectos del aire enrarecido. La noticia, difundida por algunas agencia internacionales, no ha recibido hasta el momento ninguna confirmación ni desmentida.
En mayo de 1988, cuando san Juan Pablo II estuvo en Bolivia aceptó beber una taza de té de coca, infusión preparada con las hojas de la famosa planta.
El “soroche” o mal de altura. Es bien sabido que el mal de altura -que en la región andina se conoce con distintos nombres como soroche, apunamiento, yeyo o mal de páramo- es un malestar que afecta a las personas no acostumbradas a vivir por encima de los 2400-2500 metros. Puede tener incluso consecuencias delicadas y consiste en diversas reacciones fisiológicas provocadas por la lenta o baja capacidad de adaptación del organismo a la escasez de oxígeno. Al aumentar la altura, disminuye la presión atmosférica y por tanto también la presión del oxígeno, lo que produce “Hypoxia” (menor cantidad de oxígeno en la sangre). Algunos síntomas son dolor de cabeza, somnolencia, cansancio y pérdida de apetito.
Nota. Es oportuno recordar que entre la hoja de coca y la cocaína existe una relación semejante a la que tienen la uva y el vino. Para extraer cocaína de la hoja de coca ésta debe pasar por diversos estadios convirtiéndose primero en pasta de coca y por último en cocaína, con el agregado de varias sustancias químicas.
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