SERÁ PROCLAMADO BEATO. SUS HERMANOS SE OPONEN. El caso del padre Dordi, asesinado en Perú por Sendero Luminoso. La ceremonia es el 5 de diciembre pero los restos deben estar presentes y todavía se encuentran en Bérgamo

Una rara foto del padre Dordi
Una rara foto del padre Dordi

Será proclamado beato, pero dos de sus nueve hermanos se oponen a la exhumación de sus restos mortales, que son “elementos necesarios e indispensables” para efectuar la ceremonia. El misionero italiano Alessandro Dordi fue asesinado en Perú por guerrilleros de Sendero Luminoso el 25 de diciembre de 1991, a orillas del río Santa Ana. Junto con dos compañeros de origen polaco, Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, masacrados pocos días antes, será proclamado beato el 5 de diciembre. La Congregación para la Causa de los Santos los reconoció “mártires” el mismo día que a monseñor Romero, el 3 de febrero pasado, y los tres recibieron el estatus preferencial que permite elevarlos a los altares sin necesidad de realizar milagros. No hubo ningún problema con los religiosos polacos, pero con el italiano se ha presentado un obstáculo de última hora. La causa fue iniciada y llevada adelante con mucha decisión por monseñor Luis Bambarén, obispo emérito de la diócesis peruana de Chimbote, jesuita como el Papa Francisco, pero en el tramo final el diablo parece haber metido la cola. Ángel Francisco Simón, obispo de la localidad de los Andes peruanos donde se llevará a cabo la beatificación, dio a conocer que dos de los nueve hermanos del misionero se opusieron a la exhumación de los restos, que todavía se encuentran en el panteón familiar del pequeño cementerio del pueblo bergamasco. “Están dolidos porque en numerosas oportunidades enviaron cartas al Estado pidiendo que se castigue a los culpables del asesinato”, explica monseñor Simón, “pero no recibieron respuesta”.

Sin embargo, los preparativos para la ceremonia de beatificación en diciembre continúan. El obispo peruano no pierde la esperanza de que monseñor Bambarén pueda convencer a los familiares renuentes y estos permitan que la beatificación siga su curso. Por su parte Mons. Bambarén una vez más hizo frente a la delicada situación y ya ha dispuesto viajar a Italia en el mes de septiembre. Hará una primera etapa en Roma y después irá directo a Bérgamo para reunirse con los hermanos del misionero asesinado. Ángel Francisco Simón, que conoce bien al enérgico arzobispo, está convencido de que “conseguirá convencerlos de llevar a término la exhumación y quizás traerá él mismo  los restos o parte de ellos para la ceremonia de beatificación. Él (el padre Alessando Dordi) es un mártir de la Iglesia católica”, afirma. Un mártir de la fe. La confirmación en este sentido fue aportada recientemente en una celda peruana donde se encuentra el hombre que decidió el asesinato, jefe de la organización armada Abimael Guzmán. “Los matamos por motivos religiosos, porque la religión es el opio del pueblo”, confesó el líder senderista –de ideología marxista-leninista pro china- al mismo Bambarén.

El padre Dordi llegó a Perú en 1980, a los 49 años, cuando Sendero Luminoso –encabezado precisamente por Abimael Guzmán- comenzó la ofensiva armada contra el Gobierno. Inmediatamente comenzó a trabajar con los fieles en el distrito de Santa, en el Ancash peruano, organizando cursos de alfabetización, catequesis, la construcción de casas y capillas, y talleres artesanales para las mujeres. Su trabajo atraía el rechazo del grupo guerrillero, porque consideraban que la caridad del sacerdote italiano disminuía el odio de clases que era condición necesaria para la revolución.

El 9 de agosto fueron asesinados Michel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, después de ser sometidos a un juicio sumario, cerca de Santa; los dos sacerdotes de origen polaco desarrollaban su misión pastoral en 22 poblaciones de la diócesis de Chimbote. Después de la ejecución aparecieron mensajes de amenaza pintados en las paredes de la localidad: “el próximos serás tú”. De las amenazas hay testimonios en una carta del padre Dordi a un amigo sacerdote: “En estos días estamos particularmente angustiados y preocupados. Seguramente han sabido que el 9 de agosto Sendero Luminoso mataron a dos sacerdotes de la Diócesis de Chimbote. Son dos franciscanos polacos que trabajaban en un valle como el mío. Puedes imaginar la situación de ansiedad en que vivimos, hay amenazas de próximos asesinatos. Sendero Luminoso, que con el terror quiere llegar al poder, ha puesto su mira en la Iglesia… La situación de Perú es angustiosa. Cada día nos preguntamos: ¿a quién le tocará hoy?”. La respuesta a sus miedos no se hizo esperar demasiado.

El domingo 25 de agosto de 1991, a las 17.15 horas, el padre Alessandro Dordi estaba volviendo a Santa después de celebrar misa en un pueblo, acompañado por dos seminaristas que fueron testigos de lo ocurrido, Gilberto Ávalos Tolentino y Orlando Orué Pantoja, y encontró el camino bloqueado por dos grandes piedras. Cuando bajó del vehículo fue apresado por dos hombres encapuchados, armados con una escopeta y una pistola. Él les rogó inútilmente que no lo mataran y pocos minutos después los dos seminaristas, a los que habían alejado del lugar, escucharon los disparos. La policía peruana atribuyó inmediatamente y sin ninguna duda la muerte del padre Alessandro Dordi al grupo guerrillero Sendero Luminoso.

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