Quince millones sería el número de armas ilegales que circula en México y gran parte de un calibre que solo se usa en el ejército. El 80 por ciento se encuentra en la franja limítrofe de México con Estados Unidos y lo más alarmante es que “solo el 14% de las 254.000 armas que pasan anualmente la frontera de manera ilegal es interceptado y secuestrado por la policía mexicana”.
La denuncia fue hecha esta semana por el político Zoé Robledo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), elegido como senador en 2010 por el Estado de Chiapas. En su intervención ante la cámara obtuvo, con un detallado informe, el voto favorable para una ley que endurece las penas a los que poseen ilegalmente armas de uso exclusivo del ejército. El mismo político refirió que existen 6.700 negocios de venta de armas de fuego en las ciudades fronterizas. “Las mismas autoridades mexicanas”, declaró Robledo, “calculan que el 14 por ciento de las 254.000 armerías que existen en Estados Unidos dependen significativamente de la demanda de armas proveniente de México”.
Por esa razón en diversas ciudades mexicanas, entre ellas la misma capital, se organizan periódicamente jornadas de desarme voluntario. Al que entrega un arma se le da a cambio una bicicleta, una tablet o una computadora.
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