La confianza se deposita en las cosas serias, afirma un dicho popular. A la pregunta sobre cuál consideran tal entre diez instituciones comunes y transversales en cada lugar y país, los latinoamericanos pusieron a la Iglesia en primer lugar, con un 69 por ciento, y en el último a las empresas privadas.
El sondeo fue promovido por Latinobarómetro, una agencia con sede en Chile que todos los años releva las opiniones de 20.000 latinoamericanos en 18 países del continente, con un universo representado de 600 millones de personas. Los resultados se resumieron en el informe “La confianza en América 1995-2015”. En el segundo y tercer lugar, a una considerable distancia de la Iglesia, los latinoamericanos conceden un 49% de confiabilidad a la radio, 47 a la televisión, y 44 a las Fuerzas Armadas y a los Bancos. Los últimos lugares, respectivamente con el 43 por ciento y el 40, para los diarios y las empresas privadas.
“La confianza en América Latina 1995 – 2015″ abarca, como se puede ver, un período de veinte años, durante los cuales, comenta Latinobarómetro, “los valores de confianza han ido mutando a lo largo de las últimos 20 años. En algunos casos, parecen haber acompañado los ciclos de la economía y de la política. Por ejemplo, en los comienzos del milenio (2000), la confianza en casi todas las instituciones se desmoronó, al igual que ocurrió con el PIB (Producto Bruto Interno) y con muchos gobiernos de la región. Casi todas tocaron fondo en 2003. Las encuestas de ese momento revelaban que había caído al 61% el apoyo a la Iglesia, y el resto se ubicaba por debajo del 40 por ciento. Sólo el 36% confiaba en la televisión; en las Fuerzas Armadas y en la Policía, el 35%; en el Gobierno, el 28%; y en los partidos políticos, el 13 por ciento”.
Después –afirma Latinobarómetro- hubo un repunte de los índices de confianza que se prolongó aproximadamente hasta 2011, cuando volvieron a retroceder. Tras un breve incremento hacia 2013, todas apuntaron hacia abajo en los dos últimos años. “Lo que no se modificó a lo largo de este período –comenta la agencia chilena- fue quiénes ocuparon el primero y el último puesto. La Iglesia se mantuvo siempre al tope, casi siempre con diez puntos o más de ventaja, y los partidos políticos nunca salieron del fondo”.
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