LA MASACRE DE LAS LENGUAS INDIGENAS. Más de un centenar corren el riesgo de desaparecer los próximos años en México

Lenguas cortadas
Lenguas cortadas

Lenguas cortadas, al borde de la extinción, como tantos animales de la selva autóctona, que corren el riesgo de desaparecer del mapa de la fauna nacional. Un estudio del gobierno revela que en el México contemporáneo, el que visitó el Papa hace pocos días, 107 idiomas –de los 364 relevados- están a punto de morir. De muerte natural, es cierto, pero no sin culpas. La lenta eutanasia –denuncia el diario La Jornada, que sintetiza las conclusiones del trabajo- se debe a la discriminación que han sufrido las lenguas indígenas a lo largo de décadas y las fueron empujando irremediablemente por el camino del desuso.

Los casos más graves afectan a la lengua kiliwa, en Baja California, y ayapaneco, en Veracruz, que en la actualidad registran cuatro y ocho hablantes respectivamente. La exclusión no solo es social sino también institucional. Las disposiciones que regulan las dependencias públicas asignan a las lenguas indígenas la misma validez jurídica que al español, pero en la práctica no hay intérpretes y el uso del idioma nativo de hecho se desalienta. El ordenamiento jurídico en general ignora de hecho que el país es pluricultural y esto demuestra que en la conciencia colectiva de los mexicanos se encuentra profundamente arraigada la idea histórica de la superioridad del blanco sobre el indígena.

En 2010 más de 11 millones de mejicanos se reconocían como indígenas. La cifra creció a 25 millones en 2015 según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía, pero solo poco más de 7 millones hablan la lengua materna.

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