LA DÉCADA NEGRA DE LOS SACERDOTES DE AMÉRICA LATINA. 107 sacerdotes asesinados entre 2005 y 2015, casi la mitad de los religiosos asesinados en todo el mundo en el mismo período

Uno de tantos. Funeral del padre Luis A. León, en Colombia, asesinado el 15 de julio de 2015. Foto El Meridiano de Cordoba
Uno de tantos. Funeral del padre Luis A. León, en Colombia, asesinado el 15 de julio de 2015. Foto El Meridiano de Cordoba

Récord negativos América Latina tiene unos cuantos. Ahora se suma ser la región del planeta donde se registra el mayor número de víctimas del clero. En los últimos diez años, desde 2005 hasta 2005, hubo 121 “operadores pastorales” asesinados, de los cuales 107 eran sacerdotes. Si a los datos de estos diez años se suman las víctimas de los cuatro meses de 2016, el total de operadores aumenta a 131, y los sacerdotes a 111. En la década 2005/2015 el total de operadores pastorales católicos asesinados en todo el mundo es de 259 y por eso los caídos en el continente americanos constituyen el 46,6%.

En 2015 hubo 7 sacerdotes asesinados, más una religiosa; 12 en 2014, más un religioso y un seminarista; 15 en 2013; 6 el año anterior y 13 en 2011, junto con dos laicos auxiliares. El mismo número en 2010, más un religioso, 1 seminarista y 3 laicos. El 2009 fue el peor años de la década, con 18 sacerdotes asesinados, 2 seminaristas, una religiosa y 2 laicos. En 2008 fueron asesinados 5 sacerdotes; 6 en 2007 junto con un religioso; 6 sacerdotes, un religioso y un laico asesinados en 2006; 7 en 2005 más un religioso.

El móvil, cuando fue posible establecerlo, acerca estas muertes a la situación de las poblaciones donde los religiosos viven: marginalidad, inseguridad y violencia sobre todo.

Algunos fueron asesinados por las mismas personas que ayudaban, otros abrieron la puerta al que pedía ayuda y fueron agredidos, otros perdieron la vida durante un robo, mientras resulta incierto el móvil para otras agresiones y secuestros que concluyeron trágicamente y de los cuales nunca se conocerán realmente las causas. En algunos casos los sacerdotes habían recibido amenazas de los narcos, en otros se trata de muertes relacionadas con situaciones de violencia extrictamente locales.

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