EL ESCURRIDIZO CAMILO. Los restos exhumados el 25 de enero pasado en un cementerio de Colombia no son del sacerdote guerrillero como se pensaba. El misterio continúa

Camilo Torres en armas
Camilo Torres en armas

Negativo. No son de Camilo Torres los restos exhumados hace tres meses en el cementerio del municipio colombiano de Bucaramanga. La sentencia proviene de Washington, por boca del fiscal que había solicitado la medida, poniendo luego en manos de los peritos de Medicina Legal lo que quedaba del guerrillero del ELN muerto en su primer enfrentamiento con el ejército en febrero de 1966. “Después de hacer todos los cotejos de ADN se logró establecer que no se trata de los restos de Camilo Torres la persona allí inhumada, sino que se trata de Mario Belarmino Cáceres Dueñas, como lo decía la bóveda”, afirmó terminantemente el fiscal Jorge Fernando Perdomo, quien aclaró además, puntillosamente, que “los estudios llevados a cabo tienen una precisión del 99,99%”.

Sigue el  misterio, y el único que podría resolverlo es el general Álvaro Valencia Tovar, fallecido en 2014, quien enterró los restos mortales del guerrillero en un lugar desconocido para evitar que la tumba se convirtiera en lugar de peregrinación. En una entrevista de 2007 concedida a la revista colombiana Semana y al diario El Tiempo afirmó que el cuerpo del sacerdote fue desenterrado tres años después de su muerte y que los restos fueron colocados en una urna y transportados al cementerio de la ciudad colombiana de Bucaramanga, donde se había construido un cementerio militar de la Quinta Brigada. Allí es donde se llevó a cabo la última búsqueda infructuosa. El militar, sin embargo, no reveló la ubicación exacta.

Todo hubiera quedado cubierto por el piadoso manto del tiempo si en enero, cuando se cumplieron cincuenta años de su muerte, la agrupación de la que formó parte, en la militancia más breve que recuerde la historia, no hubiera reclamado la restitución del cuerpo y de la dignidad sacerdotal, como prueba de buena voluntad del gobierno colombiano para comenzar las negociaciones formales que, siguiendo los pasos de las FARC llevarían a la desmovilización de sus 1.500 militantes  armados. La prueba de buena voluntad se cumplió, el presidente Juan Manuel Santos dio luz verde y con la ayuda de documentos de los archivos y material periodístico de la época, la búsqueda se concentró en el lugar donde supuestamente se encontraban los restos de Camilo Torres.

Pero el resultado fue negativo. Los que se habían apresurado a celebrar la restitución y ya habían comenzado a construir un mausoleo para transmitir a la posteridad la memoria del sacerdote, tendrán que seguir esperando. ¿Cuánto? No mucho, en opinión del fiscal, que por ahora ha congelado el entusiasmo de amigos y admiradores del miembro más famoso del ELN. El doctor Perdomo y el Instituto Nacional de Medicina Legal están convencidos de que solo es cuestión de tiempo y que los restos se encuentran en ese mismo cementerio, ocultos, por el momento, entre otros miles de difuntos.

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