CONJETURAS (Y ESPERANZAS) DETRÁS DE UNA FOTO. ¿Qué puede significar que el Secretario de Estado norteamericano y la Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela se estrecharan la mano?

El jefe de la diplomacia de EEUU Jerry y el ministro de Venezuela Delcy Rodríguez
El jefe de la diplomacia de EEUU Jerry y el ministro de Venezuela Delcy Rodríguez

El nuncio apostólico en Venezuela Aldo Giordano, en la entrevista que concedió el sábado a Globovisión, el mayor canal de televisión privado del país, no hizo comentarios sobre el apretón de manos entre el Secretario de Estado norteamericano John Kerry y la canciller del gobierno Delcy Rodríguez, pero no puede haber dejado de alegrarse interiormente porque se orienta en la misma dirección que el representante vaticano ha vuelto a definir como imprescindible: “La primera preocupación es la paz, cómo evitar la violencia; cómo servir cuando hay tensiones, cómo lograr la reconciliación”. La foto del apretón de manos indudablemente se orienta en la dirección correcta no solo porque “el imperio” es –según el discurso de los hombres de Maduro- el culpable de la escasez de alimento, la inseguridad y la falta de electricidad que afligen a Venezuela. Sino también porque en la misma Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que se realizó en la República Dominicana, la canciller Rodríguez había advertido, entre otras cosas, que “Estados Unidos quiere invadir militarmente Venezuela”.

El encuentro –frío pero respetuoso, como lo calificó Kerry- supone un cambio en las relaciones bilaterales porque ambos países no tienen embajadores en sus respectivas capitales desde 2008. “Yo le propongo a Kerry: Estoy listo para designar embajadores –declaró maduro pocas horas después de la foto- estoy listo para normalizar las relaciones [...]. Estoy listo para poner las relaciones a nivel de embajadores en Washington”.

Habrá que ver si el encuentro y las declaraciones posteriores se traducen en hechos concretos, pero el solo hecho de que se haya expresado la disponibilidad al diálogo entre Venezuela y Estados Unidos puede de por sí modificar el rumbo de la crisis hacia un epílogo menos dramático.

En qué punto se encuentran las relaciones oficiales entre los dos países. El último intento de restablecer las relaciones diplomáticas fue hace un año atrás, cuando Rodríguez y las altas esferas chavistas, en la persona de Diosdado Cabello, se reunieron en Haití con el subsecretario de estado, Tom Shannon (que se disponía a viajar a Caracas). La reunión –y la foto- fueron motivo de sorpresa en aquel momento, porque ocurrieron en medio de los anuncios de toda una serie de sanciones de Washington contra decenas de funcionarios venezolanos acusados de narcotráfico y lavado de dinero. Las sanciones que establecían el “congelamiento” de sus bienes en territorio estadounidense y la cancelación de sus visas para los Estados Unidos no solo no se cancelaron sino que se ampliaron, y las relaciones bilaterales se enfriaron de nuevo. Desde que el extinto presidente Hugo Chávez expulsó al embajador estadounidense en 2008 porque presuntamente los Estados Unidos estaban involucrados en un intento de asesinato del presidente de Bolivia Evo Morales, las relaciones pasaron a ser prácticamente inexistentes. Salvo, obviamente, a nivel económico, donde Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Venezuela.

La Carta Democratica. Venezuela está atravesando un momento crítico. Tras la caída del precio del petróleo, la crisis que hace un año era grave ha pasado a ser insostenible. Los saqueos y las protestas por la escasez de alimentos están sofocando al país del petróleo. Y la inflación, según los relevamientos estadísticos independientes, llega al 500% anual. La crisis ha sido el factor determinante que empujó a la gran mayoría de los venezolanos a votar contra el gobierno en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado. Pero la influencia de la nueva mayoría en el Parlamento, que se logró por primera vez en 17 años, es prácticamente irrelevante por los límites que le impone la Corte Suprema, que por el contrario nunca se ha pronuciado contra el partido en el poder en los últimos diez años. Por eso el secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a Maduro “pequeño dictador” e invocó la “Carta Democrática Interamericana”, una sanción que, si fuera aprobada, implicaría la expulsión de Venezuela del organismo más importante del contienente. Muchos piensan que la “Carta Democrática”, donde el apoyo o el rechazo de Estados Unidos es crucial, es el verdadero escenario de fondo de la foto entre Kerry y Rodríguez; el primero sorprendió a todos después del encuentro al afirmar que “Estados Unidos no hará presión para expulsar a Venezuela de la OEA”.

El referendum revocatorio y los políticos en la cárcel. El mismo día del apretón de manos, Kerry pidió que se pusiera en libertad a los presos políticos y se llevara a cabo el referendum revocatorio contra Maduro, que este año se encuentra en la mitad de su período de gobierno y puede ser sometido a un plebiscito. Dos elementos centrales cuando se habla de diálogo para resolver la crisis venezolana.

En las semanas anteriores, tres ex presidente y la Unión de Estados Suramericanos (Unasur) también habían incentivado en la República Dominicana diversas mesas de diálogo entre el gobierno y un sector de la oposición venezolana. Según una parte de la oposición venezolana, acusada de “colaboracionismo” dentro de su mismo campo político, el diálogo es indispensable para hacer frente a un gobierno que acumula poder desde hace 17 años. Por otra parte el viernes pasado el diario español El País refirió el pedido de Kerry a la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur) de “perseverar” en el diálogo como “vía prioritaria” para resolver la crisis de Venezuela.

Sin embargo, hay un sector de la oposición que no cree en el diálogo con un gobierno que considera “represor” y “mentiroso”. El promotor del referendum revocatorio, el ex candidato Enrique Capriles –que esta semana mantuvo reuniones con los gobiernos de Brasil, Paraguay y Argentina- dijo que habrá diálogo pero solo para fijar una fecha para el referendum. El líder opositor en la cárcel, Leopoldo López, afirmó tras un encuentro inédito con el ex premier español José Luis Rodríguez Zapatero –uno de los enviado de la Unasur- que no piensa intercambiar su libertad por el referéndum.

Después de la foto de Kerry con Rodríguez, Maduro moderó su intransigencia con respecto al referendum. Había declarado de manera categórica que “este año no habrá ningún referendum. Punto.” (Si el referendum si llevara a cabo en 2017 y el presidente fuera revocado, no habría elecciones y Maduro sería sustituido ipso facto por el vicepresidente). Pero en una nueva actitud ha declarado que si el ente electoral aprueba la movida de la oposición y convoca al país a un referendum, “mañana, pasado mañana, en septiembre, en octubre (…) estamos listos para pelear”. Es difícil saber si el chavismo está dispuesto o no a someterse a un referendum revocatorio en el cual, según todas las encuestas, le resultaría imposible ganar. Muchos opositores creen que las últimas declaraciones de Maduro y la aparente voluntad de diálogo son una estrategia para ganar tiempo. Puede ser, pero el hilo de diálogo que se acaba de tender con Estados Unidos también podría ser el comienzo de una vía de salida, y el apretón de mano entre el Secretario de Estado norteamericano y el Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno venezolano –con el placet de Maduro- ser algo más que una foto.

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