VÍA LIBRE A LOS MOVIMIENTOS EN LA CUBA QUE SE ABRE AL MUNDO. Cursillos, Focolares, Comunión y Liberación, proponen a la sociedad el carisma de sus fundadores

Papa Francisco llega a la entrada del Centro Felix Varela en La Habana
Papa Francisco llega a la entrada del Centro Felix Varela en La Habana

Los Cursillos de Cristiandad de Cuba se “dinamizan”, como prefieren decir, usando una palabra que se esfuerza por expresar continuidad y renovación al mismo tiempo, con el apoyo de su centro mundial, que hasta 2017 tendrá sede en Lisboa, Portugal. Y se reúnen en la diócesis de Cienfuegos, histórica ciudad a 250 kilómetros de La Habana, para relanzar su carisma. Los primeros Cursillos se hicieron en Cuba hace cincuenta y cuatro años, en 1962, en la provincia de Pinar del Río. Los importó de España un sacerdote alemán, que debió abandonar la Isla dejando ese pequeño germen a la intemperie de la revolución. Pero en la práctica, la implantación del movimiento coincide con el viaje de Juan Pablo II en 1998. Otro sacerdote, esta vez español y jesuita proveniente de Panamá, Agustín Torrazo, solicitó permiso al obispo de Cienfuegos, Emilio Aranguren, para iniciar oficialmente la experiencia cursillista en su provincia. El permiso fue concedido y en marzo de ese mismo año se realizó el primer Cursillo de varones. En 2012 ya se habían realizado 42 Cursillos femeninos y 38 masculinos en la provincia de Matanzas, contabiliza el obispo portugués Francisco Senra Coelho, quien visitó la Isla en ocasión del histórico encuentro del Papa Francisco con el Patriarca Cirilo. Doce años después de que volviera a empezar, el movimiento cursillista “hace una pausa de reflexión, respondiendo al pedido del Papa de volver a las fuentes”, explica el obispo, que en representación del organismo internacional colaborará en la nueva etapa del Movimiento desde Portugal. Por primera vez –anuncia mons. Senra Coelho- se hará en Cuba un “Cursillo de Cursillos”, tomando también en cuenta la incorporación de la realidad cubana al “Grupo América del Norte y Caribe”. En homenaje a la historia se llevará a cabo en la ciudad de Cienfuegos, y participarán los responsables de los Cursillos de 60 países y los cinco continentes.

Gustavo Clariá, argentino, co responsable del sitio web del Movimiento de los Focolares, recorrió las comunidades focolarinas de Cuba desde principios de agosto y durante más de un mes, antes y después de la visita del Papa Francisco. “Las comunidades son más o menos numerosas, repartidas en toda la Isla. Hay cuatrocientas personas que se consideran miembros comprometidos del Movimiento, pero nuestra hoja mensual “La palabra de vida” distribuye en Cuba ocho mil ejemplares”, asegura Clariá. “Hay muchos más que nos conocen, simpatizan con nosotros, con nuestro enfoque”. En Cuba el movimiento está presente desde los años ’70. “Los miembros de los Focolares en las varias comunidades de la Isla tratan de hacer –junto con la Iglesia- su propio aporte específico, orientado especialmente a la formación de las personas en los valores de la fraternidad, contra la “cultura del descarte”, privilegiando a los más necesitados, promoviendo la unidad en la diversidad y proponiendo el diálogo como método indispensable para una convivencia pacífica en un país multicultural”, resume Clariá.

El último llegado, la semilla de Comunión y Liberación, se sembró en Cuba en los años ’80. Encuentros silenciosos en algunas casas de La Habana vieja para leer a don Giussani hasta ahora, que las “escuelas de comunidad” se pueden hacer a la luz del día y a la sombra de una Iglesia –la cubana- respetada por el poder político, que puso a disposición de CL el centro cultural Félix Varela, la flor en el ojal de la arquidiócesis presidida, hasta fines de abril, por el cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino. En los severos locales visitados por el Papa argentino, el nuncio Giorgio Lingua inauguró el martes 21 de junio una muestra sobre la vida del fundador de Comunión y Liberación. La exposición de los paneles se completará en septiembre con la conferencia del principal biógrafo de Giussani, el italiano Alberto Savorana.

El Movimiento está presente en la capital y en otras tres ciudades de la Isla. “Hoy es una experiencia universal que no se exporta desde Europa”, aclara el responsable para América Latina de Comunión y Liberación, el español Julián de la Morena. “Lugares muy distintos entre sí, como La Habana, la selva amazónica de Perú, los barrios pobres de Santiago de Chile, las favelas de Belo Horizonte, las grandes metrópolis como Ciudad de México o San Pablo, son lugares, como muchos otros, donde la vida y la experiencia de don Giussani es un factor de esperanza para muchos latinoamericanos”. El nuevo paso de Comunión y Liberación, también en Cuba, sigue el camino trazado por el Papa Francisco. “La propuesta de CL para Cuba es seguir los discursos del Papa en su último viaje. Está comenzando una nueva época donde el diálogo y el testimonio de fe será la gramática de nuestra presencia en Cuba”. De la Morena refuerza la idea explicando: “Ni imponerse ni esconderse, sino ser una presencia original, deseosa de encontrar a las personas, muchas de ellas heridas, para compartir un camino de vida dando testimonio de la novedad que es Jesucristo”.

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