GRAN CONFUSIÓN BAJO EL CIELO DE VENEZUELA. ¿Gobierno y oposición piden la presencia de la Santa Sede? ¿Con qué objeto? Los temores de la diplomacia vaticana

El presidente Maduro (en el recuadro) y el líder de la oposición Capriles
El presidente Maduro (en el recuadro) y el líder de la oposición Capriles

Anteayer a la noche los mediadores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), encabezados por el ex Premier español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaron un acuerdo entre el gobierno del Presidente Nicolás Maduro y los 17 grupos de la oposición: solicitar la presencia de la Santa Sede en el probable diálogo que debería comenzar formalmente en estos días pero cuyos detalles todavía no se han definido. Se ha hablado y se habla de acuerdo preliminar para sentarse a una mesa y abrir una negociación que el pueblo venezolano espera desde hace casi cuatro años. Incluso la información sobre la solicitud a la Santa Sede resulta confusa e interlocutoria.

Algunos hablan de solicitar una mediación (¿tomando el lugar de los que ya están haciéndolo, es decir la Unasur?) o de una presencia del Vaticano en los coloquios como observador, testigo, garante o “facilitador”. Todavía no se sabe, y aquí reina una gran confusión.

Ayer, casi 24 horas después de todos estos complicados anuncios, el director de la Sala de prensa de la Santa Sede, en una breve nota hizo algunas aclaraciones que ayudan, una vez más, a comprender la posición de la diplomacia vaticana. Concretamente el padre Federico Lombardi dijo:

1) Sabemos por la prensa que “el Gobierno y la oposición habrían manifestado disponibilidad a aceptar una intervención de parte del Vaticano, para acompañar y facilitar el diálogo entre ambas partes para hacer frente a la situación del país”.

2) La Sede Apostólica, siempre ha estado disponible “si existían las premisas para su contribución al diálogo”.

3) Hasta este momento, viernes 22 de julio (19.30 hora de Roma) “no ha llegado ninguna comunicación formal ni tampoco a la Nunciatura ni en la Secretaría de Estado, que presente y especifique el contenido y los detalles de una solicitud de este tipo”.

Son palabras muy claras, e interpretadas en clave periodística y política se pueden traducir de la siguiente manera: el Santo Padre y la diplomacia vaticana no negarán nunca su aporte para colaborar y apoyar el diálogo entre las partes y de esa manera aliviar el sufrimiento del pueblo de Venezuela.

Pero asimismo la Sala de prensa, con un lenguaje sereno y elegante, pone de manifiesto que:

 (a) ninguna persona o institución autorizada y con autoridad ha hecho llegar una solicitud en este sentido, solicitud que solo sería tomada en consideración si se confirma que lo desean ambas partes.

 (b) cuando llegue la solicitud, será evaluada para conocer “el contenido y los detalles”.

En tal estado de cosas, a menos que cambie en las próximas horas, se debe dejar en claro que por el momento llegan de Caracas declaraciones confusas y en parte contradictorias, que tal vez demuestran la fragilidad de los acuerdos alcanzados, y sobre todo el deseo de una y otra parte de instrumentalizar este delicado paso, cosa que en nuestra opinión la Sede Apostólica no podría aceptar porque correría el riesgo de quedar involucrada en una negociación que ya nació muerta. En este momento debería adoptar una posición muy clara: bienvenido el diálogo si es sincero, sin decisiones previas basadas en prejuicios, y sobre todo sin la pretensión de empujar al Papa a favor de una parte y contra la otra.

Se verá en las próximas horas.

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