SPIELBERG Y LA MASACRE DE LAS “DOS ERRAS”. El popular director estadounidense da voz a una de las peores masacres de civiles que ocurrieron en Guatemala

Finding Oscar
Finding Oscar

Oscar Ramírez tenía 3 años cuando fue secuestrado por los soldados, como si fuera un peligroso terrorista. Ramiro Osorio tenía 5, suficiente para recordar que fue torturado y obligado a llamar “papá” a la persona que había matado a sus padres. “Finding Oscar”, producido por Steven Spielberg, también habla sobre ellos. El director estadounidense decidió dar su apoyo al documental sobre la masacre de Las Dos Erres, una de las páginas más negras de la historia de Guatemala. Era el año 1982 y en medio de una guerra civil que parecía no tener fin, los militares se convencieron de que aquella pequeña comunidad sabía algo. Exigieron armas e información sobre los rebeldes, no consiguieron nada y reaccionaron con rabia y ferocidad. Entre el 6 y el 7 de diciembre, más de 200 personas fueron asesinadas y enterradas en un pozo – algunas de ellas vivas – mientras a pocas casas de distancia los demás solados ya estaban buscando mujeres para violar. Y las encontraron.

Años después, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala descubrió los restos de 162 adultos y 67 niños. Hubieran podido estar también los de Ramiro, que vio la muerte cara a cara pero todavía está lleno de vida, como cuenta el director Ryan Suffern, quien lo encontró: “No era precisamente lo que yo esperaba de alguien que hubiera vivido esa experiencia. Era increíblemente amable, maravilloso padre y esposo, y muy trabajador. Una persona muy cálida”, a pesar de todo el horror, que no terminó con la vista de sus padres asesinados. El mismo Osorio lo cuenta cuando recuerda a su raptor: “Siempre me decía que si pensaba huir de la casa no había manera, que él me podía encontrar hasta cinco metros bajo tierra. Yo tenía mucho miedo, él fue mi verdugo, me trató como si fuera un esclavo”.

Como en cada tragedia escrita por la locura humana, se multiplican los llamamientos a mantener viva la memoria para que nunca más se repita lo ocurrido. Y se pide justicia. El ex soldado Santos López Alonzo, acusado de haber exterminado a la familia Osorio, vivió en Estados Unidos hasta 2001, cuando fue deportado a su patria. Se lo acusa de crímenes contra la humanidad, asesinato y sustracción de menores, aunque él lo ha negado. Los jueces todavía no dieron su veredicto, aunque otros soldados ya fueron condenados a penas de más de seis mil años de cárcel. Son números simbólicos porque la condena máxima es de medio siglo, pero que sirven para poner de relieve la magnitud de la masacre.

En menos de dos días se exterminó un pequeño pueblo, pero 35 años no han sido suficientes para que se conozca toda la verdad. El documental producido por Spielberg ya fue presentado en el festival de cine de Telluride, Colorado, en Estados Unidos, y ayuda a recordarla. No es poco.

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