Por ahora no hay ningún comunicado oficial de la presidencia de Venezuela, pero un autorizado dirigente del partido del presidente Nicolás Maduro aseguró recientemente a la prensa local que el gobierno entregaría al Nuncio Apostólico, Mons. Aldo Giordano, la solicitud formal con la cual se invita a la Sede Apostólica, concretamente al Santo Padre, a nombrar un Representante para sumarse a los “facilitadores” del diálogo con la oposición, en el contexto de la mediación que por cuenta de la UNASUR lleva adelante, desde hace varias semanas, el ex Primer Ministro español José Luis Rodríguez Zapatero con el apoyo de dos ex presidente latinoamericanos, Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá). Estas fueron las declaraciones de Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas, muy cercano al presidente Maduro, agregando que la invitación ya se había entregado en la Nunciatura. El alcalde, interrogado por los periodistas sobre el comportamiento de la oposición, respondió que no sabía nada sobre lo que han hecho al respecto los partidos que se oponen al gobierno. Al mismo tiempo, el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) aclaró que tampoco sabía nada sobre la apertura de este diálogo entre el Gobierno y la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que reúne más de 15 organizaciones políticas de oposición y que controlan la Asamblea Nacional.
Si resulta confirmada, constituye una buena noticia, aunque hasta ahora no están dadas todas las condiciones puestas por la Santa Sede para estudiar la materia y tomar una decisión. En concreto, no existen todavía noticias oficiales sobre otros dos elementos imprescindibles: una solicitud formal al Vaticano de parte de la Oposición y, sobre todo, que la instancia del diálogo se encuentre abierta y confirmada por un acuerdo entre las partes. Resulta oportuno recordar las palabras del Secretario de Estado, cardenal Parolin, en una carta a Ernesto Samper, Secretario general de UNASUR, del 12 de agosto pasado: «Le agradezco la alta consideración demostrada hacia la Iglesia Católica, que tiene en su corazón el compromiso por la paz y el progreso de las Naciones y que come he tenido la ocasión de asegurar diversas veces a Vuestra Excelencia, se muestra disponible para contribuir a la superación de la crisis que aflige a Venezuela. Dicha disponibilidad podrá ser efectiva a partir de una invitación a la Santa Sede enviada directamente por las partes interesadas, una vez que hayan tomado la firme decisión de iniciar formalmente el diálogo. Así el Gobierno venezolano y la Oposición serán los principales responsables de la mencionada petición y estarán más receptivos para acoger las eventuales sugerencias a fin de seguir adelante de manera duradera y provechosa».
Mientras el Gobierno insiste en decir que es necesario discutir juntos sobre la “guerra económica” que padece Venezuela, sobre la convivencia pacífica y colaborativa entre los poderes públicos y sobre la institución de una Comisión de la verdad para investigar las agresiones contra el país, los partidos de la Oposición repiten que es necesario terminar con la “maniobras” que bloquean la realización del plebiscito revocatorio (contra Maduro), decretar la inmediata libertad de todos los presos políticos y terminar inmediatamente con el “secuestro” de los poderes públicos que lleva a cabo el partido gobernante.
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