ORTEGA, CARDENAL Y CARTERO. Un libro revela nuevos detalles del rol que desempeñó el arzobispo de La Habana en el deshielo entre Estados Unidos y Cuba

Tres de los cuatro protagonistas
Tres de los cuatro protagonistas

Sobre el rol que desempeñó el cardenal Ortega en los cambios que se produjeron en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, no se sabe mucho. Solo que fue relevante y muy anterior a los anuncios de ambas diplomacias. Algunos detalles nuevos fueron revelados recientemente por la escritora francesa Constance Colonna-Cesari en el libro “Los secretos de la diplomacia vaticana”, en el capítulo que acaba de reproducir el sitio Cuba Posible. Se sabía que el purpurado actuó como “cartero” para entregar las cartas del Papa Francisco a Raúl Castro y Barak Obama, en las que el pontífice argentino ofrecía, junto con una evaluación propia de los beneficios del acercamiento, los buenos oficios de la Iglesia para concretarlo. La autora afirma que el cardenal cubano recibió la misión de manos del Papa Francisco el 27 de abril de 2014, previa llamada telefónica, cuando el entonces arzobispo de La Habana viajó a Roma para la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.

De vuelta a Cuba, “la entrega de la primera carta a su destinatario cubano se realizó con una sencillez bíblica”, dice la autora del libro. Ortega debió esperar algunos días, “el tiempo que un avión presidencial fue puesto a su disposición para llevarlo a la paradisíaca isla de Cayo Saetía, una reserva biológica situada en la provincia de Holguín, en la región oriental del país, donde Raúl Castro se encontraba de vacaciones”. Ortega fue recibido en presencia del ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez. “Le dirá a Obama que estoy de acuerdo”, le dijo el general Castro después de leer la carta del Papa.

La segunda carta llegó a destino la mañana del 18 de agosto gracias a una conferencia en Georgetown a la que fue invitado el Arzobispo. Con la complicidad de los cardenales estadounidenses Sean O’Malley y Theodore Edgar McCarrick, Ortega obtuvo una audiencia en el Despacho Oval con Obama y le entregó la carta.

“Las dos cartas pontificias son idénticas”, describe Constance Colonna-Cesari, “una en español y la otra en inglés”.

El resto ya es sabido.

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