DE MAL EN PEOR. México sigue siendo el país más peligroso del mundo para los sacerdotes. Treinta y cuatro asesinados en poco más de diez años. Ya hubo dos este año

No es un país para curas …
No es un país para curas …

Un primado nada envidiable. Por noveno año consecutivo México ocupa el primer lugar de los países más peligrosos para ejercer el sacerdocio. A poco más de cuatro años de gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya presidencia comenzó en diciembre de 2012, el balance es de 17 sacerdotes asesinados, el mismo número de muertes violentas ocurridas durante los seis años de mandato de su predecesor, Felipe Calderón. Con un incremento del 80% respecto de los primeros cuatro años de Calderón. Así lo señala el informe del Centro Católico Multimedial (CCM) de la Arquidiócesis de Ciudad de México que lleva y actualiza escrupulosamente la triste contabilidad de las muertes violentas en el clero mexicano.

Yendo hacia atrás en los archivos del organismo, se registran 63 atentados contra miembros de la Iglesia Católica en los últimos 26 años, entre ellos dos que todavía están desaparecidos y dos secuestros fallidos. Limitando el período a las presidencias de Vicente Fox (desde diciembre de 2000 hasta noviembre de 2006), Felipe Calderón (diciembre de 2006 hasta noviembre de 2012) y la actual de Enrique Peña Nieto, el listado de víctimas comienza con un cardenal, 43 sacerdotes, 1 diácono, 4 religiosos, 9 laicos y una periodista católica.

Más del 80% de los atentados contra sacerdotes quedaron impunes.

Desde comienzos de 2017 hubo dos casos: el primero en el mes de enero, con el asesinato del padre Joaquín Hernández Cienfuentes, de la diócesis de Saltillo, y el más reciente, del padre Felipe Altamirano Carrillo, un sacerdote indígena de Nayarit. En cuanto a la geografía de la violencia contra los sacerdotes mexicanos, Ciudad de México, Veracruz y Michoacán resultan ser las ciudades más peligrosas.

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