LA VIDA POBRE DE UN GRAN OBISPO. Dom Pedro Casaldáliga, misionero español, y su humilde casita en Sao Felix do Araguaia, Brasil

Dom P. Casáldaliga nel suo rincón preferido, y el dormitorio del misionero español
Dom P. Casáldaliga nel suo rincón preferido, y el dormitorio del misionero español

Apostilla a dos fotografías de monseñor Pedro Casaldáliga Plá, misionero claretiano español de 89 años (Balsareny, España, 16 de febrero de 1928). Monseñor Pedro está enfermo de Parkinson y actualmente vive en Sao Felix do Araguaia, Brasil, donde primero fue Prelado y luego Administrador apostólico, después de su ordenación episcopal en octubre de 1971. Cuando renunció, el 2 de febrero de 2005, porque había alcanzado el límite de edad, permaneció en Brasil, en su ciudad, en su barrio y en medio de su gente. No compró una casa lujosa; no hizo reestructurar ningún edificio. Sigue viviendo igual que antes, en el mismo lugar donde lo visitó Juan M. Vidal, de “Religión digital”, quien habla sobre él y publica varias fotografías (de las que reproducimos dos).

Dom Pedro Casaldáliga es muy querido y conocido sobre todo en América Latina. En otros lugares del planeta algunos lo consideraron, y tal vez siguen considerándolo, un obispo “subversivo y extremista”, “impertinente e incómodo”, y en alguna oportunidad dijeron que su magisterio era “peligroso” porque estaba “demasiado influido por la teología de la liberación”. Sin embargo, dom Pedro hoy sigue mostrando lo mejor de la Iglesia en América Latina, y no solo allí. Su incomparable testimonio dilata, sin fronteras, la presencia de Cristo.

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