Los años de la Venezuela país de inmigrantes están muy lejos. Los europeos hace tiempo que dejaron de ir y ahora los venezolanos tratan de escapar de la crisis emigrando a otras tierras. Los que pueden, por supuesto. Los hijos de una clase media empobrecida que todavía tienen recursos para comprar un pasaje de avión y reunirse con algún familiar en el exterior, o retirar lo que queda de sus ahorros para probar suerte en otra parte. Para los venezolanos más humildes, los menos pudientes, la ruta de la emigración lleva hacia la frontera con Colombia, a la que pueden llegar en auto o en autobús. Los de mayores recursos, aún los profesionales, emprenden el camino hacia Estados Unidos o Europa, sin excluir otros países de América Latina.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR), informa que 27.000 venezolanos solicitaron asilo en 2016, cifra que subió a 52.000 entre enero y junio de este año. En este caso los países de destino son Estados Unidos (18.300), Brasil (12.960), Argentina (11.735) y España (4.300). El número total de ciudadanos que abandonaron el país desde el comienzo del chavismo, con Chávez, hace 18 años, supera los dos millones. Eso dicen los números, compilados y sintetizados por el Observatorio en referencia a la diáspora venezolana, que se publicaron este año. El gobierno de Maduro, que siguió a Chávez en 2013, aceleró la crisis, y junto con la crisis la hemorragia humana. Observando los números, del total de emigrados la mayoría eligió Estados Unidos como primer destino (440.000), seguido por España (230.000), Italia (150.000) y Portugal (100.000).
In América Latina el país privilegiado por los nuevos migrantes es Colombia (50.000), debido a la cercanía. Chile es otro de los más buscados, con 20.000 venezolanos que han plantado allí sus carpas hasta el momento. Pero el número sigue creciendo a ritmo acelerado. Al 30 de junio de 2017 ya habían igualado el número total de 2016, 31.949 personas, contra las 32.089 de los primeros seis meses de este año, desplazando a la fuerte corriente migratoria de peruanos del primer lugar y consolidándose como la cuarta comunidad extranjera más numerosa en crecimiento en Chile, después de la argentina y la haitiana, en fuerte expansión en los últimos años.
En cuanto al análisis del perfil de la nueva emigración venezolana, Gilberto Aranda, profesor de la Universidad de Chile y especialista en temas latinoamericanos, observa que son principalmente profesionales jóvenes que buscan condiciones apropiadas para concretar las expectativas para las que se han estado preparando en los años de estudio y de trabajo. “Buscan prosperidad económica y un clima de libertad política que no encuentran en Venezuela”, comenta el académico, y observa que la sociedad venezolana nunca antes había mostrado disposición a la emigración: “el pueblo venezolano está muy ligado a su tierra, acostumbrado a recibir extranjeros que dejan sus países por razones económicas y políticas, y no al revés. La misma emigración chilena en los años ’70 y ’80 ha privilegiado México y Venezuela, en América Latina”. Héctor Carvacho, profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica, también releva la peculiaridad de la emigración venezolana en Chile. Para este especialista, el venezolano que llega a Chile o solicita radicarse allí no es el “extranjero típico” que busca un país con mejores expectativas económicas. “Son personas más calificadas en términos de educación y de trabajo, y también es diferente el proceso de integración en los niveles alto y medio de la sociedad chilena”.
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