EL CORAZÓN DE LA IGLESIA ESTADOUNIDENSE LATIRÁ EN GRAPEVINE. El V encuentro de los católicos hispanos en Estados Unidos se llevará a cabo entre el 20 y el 23 de septiembre en Texas, al cabo de 4 años de preparación

60 millones de hispanos en Estados Unidos
60 millones de hispanos en Estados Unidos

Comienza la recta final. El V Encuentro nacional sobre la pastoral para los estadounidenses de lengua española está cada vez más cerca, tras un largo recorrido que empezó hace cuatro años. Es una preparación que ya en sí misma da la pauta de la importancia que atribuyen al evento las comunidades católicas de Estados Unidos, pero también las Iglesias del sur del hemisferio americano que participaron en las etapas preliminares. El gran encuentro de alcance nacional tendrá lugar del 20 al 23 de septiembre en Texas, como fruto conclusivo de los encuentros regionales que se llevaron a cabo en todo el país en los últimos cuatro años. La Iglesia Católica de América del Norte se encuentra transitando un proceso que recientemente el Nuncio en Estados Unidos, Mons. Christophe Pierre, calificó como “lo más dinámico que está ocurriendo en la Iglesia” norteamericana.

Otros encuentros del mismo tipo se realizaron en 1972, 1977, 1985 y 2000, y en todos los casos el objetivo era identificar las necesidades religiosas de los católicos latinos que viven en Estados Unidos para responder a ellas de la mejor manera posible. “La meta general del V Encuentro – dice en el sitio especialmente dedicado al evento – es discernir maneras para que la Iglesia en los Estados Unidos pueda responder mejor a la presencia hispana y latinoamericana y fortalecer aquellas que más ayuden a los hispanos y latinoamericanos a responder como discípulos misioneros”. En este sentido también corresponde – como hace el documento preparatorio – hablar de “un movimiento” que nace de la base, desde las parroquias que se encuentran en todo el territorio nacional, “donde los fieles han hecho preguntas, han escuchado atentamente y han identificado las necesidades más urgentes”. También se hace notar que más de 5.000 parroquias participaron en este proceso de consulta, con cientos de miles de parroquianos originarios de toda América Latina y provenientes de diversas culturas. No hay que olvidar que la población hispana en Estados Unidos ronda los 60 millones de personas. Es el segundo grupo étnico del país, el primero en California, y en algunos Estados el idioma español es el más hablado. En el ámbito eclesial, los hispanos constituyen el 40 por ciento de los fieles católicos, porcentaje que aumenta al 50 % en el caso de los jóvenes entre 14 y 29 años y al 55 por ciento para los niños menores de 14 años.

Resulta evidente que la Iglesia en Estados Unidos necesita invertir en las comunidades de origen hispano para responder a la convocatoria misionera, tal como insiste el Papa Francisco en un videomensaje que envió durante el trabajo de preparación para el Encuentro de Grapevine. El Papa recuerda que la Iglesia en Estados Unidos a lo largo de toda su historia siempre «ha acogido e integrado nuevos flujos de inmigrantes» que «han dado forma al rostro en continua transformación de la Iglesia estadounidense». Por eso Francisco aplaude el gran encuentro de septiembre que se propone «reconocer y valorar los dones específicos que los católicos hispanos han ofrecido y siguen ofreciendo a la Iglesia en su país».

El camino para llegar a la esperada cita nacional de septiembre comenzó en 1972. Aquel primer encuentro “nos permitió salir del anonimato y expresar nuestras necesidades, aspiraciones y contribuciones como bautizados que viven en la Iglesia en Estados Unidos” se lee en la Memoria histórica redactada en preparación del V Encuentro. El segundo encuentro nacional se llevó a cabo cinco años después, en 1977. Allí “nos identificamos como pueblo hispano católico, diverso pero unido por una fe, una historia, una cultura y una lengua comunes”, y también contribuyó a “discernir un estilo de ser iglesia basado en una eclesiología de comunión y una opción preferencial por los alejados y los que viven en la pobreza”. El tercer encuentro nacional de los católicos hispanos fue en 1985 y les permitió “elevar su voz profética para articular una dirección clara de la respuesta pastoral de la iglesia a la presencia hispana” en Estados Unidos. Esa visión, recuerda la crónica, “quedó plasmada en el Plan pastoral Nacional para el Ministerio Hispano (1987) y en un modelo de iglesia evangelizadora, comunitaria y misionera”. El Encuentro del 2000, el IV de la serie, celebrado el Año del Jubileo promulgado por Juan Pablo II, “nos permitió ser anfitriones y compartir una experiencia de Encuentro con todas las cultura y razas que conforman la Iglesia en Estados Unidos. La visión de una Iglesia donde todos seamos bienvenidos surge desde nuestra más profunda identidad como pueblo mestizo y mulato que se sabe peregrino en esta tierra y llamado a la solidaridad con los muchos rostros en la Casa de Dios”. El V encuentro Nacional de católicos hispanos de Estados Unidos, próximo a celebrarse, “nos animará a continuar nuestra marcha como Pueblo de Dios, a elevar nuestra voz profética una vez más y a discernir las prioridades y estrategias pastorales más adecuadas para nuestro tiempo”.

Las últimas comunidades que celebraron su encuentro regional antes de llegar al nacional de septiembre fueron las de California, Nevada y Hawai, que se reunieron en abril con sus obispos y más de mil delegados provenientes de los tres Estados. En una declaración sobre dicho encuentro, la arquidiócesis de Los Ángeles confirmó la participación del arzobispo José Horacio Gómez, primer prelado de origen latinoamericano de la metrópolis con el mayor número de hispanos de Estados Unidos, para tratar el mismo tema que en el encuentro final: “Discípulos misioneros, Testigos del amor de Dios”, inspirado en la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco.

 “El objetivo del V Encuentro es discernir las formas en que la Iglesia en los Estados Unidos pueda responder mejor a la comunidad católica latina, fortalecer las formas en que la Iglesia local responde a las necesidades de todos los fieles y empoderar a los fieles para ser líderes en sus comunidades como discípulos misioneros” se lee en el comunicado difundido por el comité organizador del encuentro de Los Ángeles.

Torna alla Home Page