EL LARGO CAMINO DE LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA DE CHILE. Comienza la asamblea plenaria de los obispos: restablecer la comunión eclesial, reparar el escándalo, restablecer la justicia

El obispo Santiago Silva, actual Presidente el Episcopado
El obispo Santiago Silva, actual Presidente el Episcopado

El objetivo de este encuentro es el análisis de las causas y raíces de la actual situación que vive la Iglesia para “definir los caminos a seguir a nivel nacional y algunos lineamientos generales y específicos para las diócesis”. Con estas palabras el obispo de las Fuerzas Armadas de Chile y actual Presidente del Episcopado, Mons. Santiago Silva, presentó en una nota editorial la Asamblea Extraordinaria que se inaugura hoy a 120 km. de la capital nacional, en la localidad de Punta de Tralca, hasta el viernes 3 de agosto. Por su parte, el Secretario General del Episcopado, Mons. Fernando Ramos, ex obispo auxiliar de Santiago y actual Administrador apostólico de Rancagua, dijo que la convocatoria de esta asamblea se enmarca en el especial momento que vive la Iglesia local desde hace tiempo.

“Tras nuestro encuentro con el Papa y después de conocer su carta a la Iglesia de Chile, hemos venido trazando un camino de discernimiento para asumir los desafíos que él nos plantea y los que nosotros mismos queremos trabajar. Tuvimos encuentros y asambleas para abordar la situación de la Iglesia en las diferentes diócesis, y luego una jornada nacional de equipos diocesanos que se realizó en el mes de mayo. Las reflexiones y propuestas allí compartidas hasta hoy llegan como un primer aporte a esta asamblea”.

Mons. Silva, en un artículo editorial – “Semillas del Verbo” – publicado hace pocos días, explica: “Nos encontramos transitando un camino difícil para la Iglesia católica en Chile. Reconocemos los errores cometidos, pero está claro para todos que este reconocimiento no basta para vivir una nueva manera de ser Iglesia y encarnar los valores del Evangelio. Requerimos una renovación eclesial que nos involucre a todos. Para alcanzarla es indispensable volver a la fuente de nuestra fe: Cristo es quien nos transforma en hijos de Dios y en hermanos, y nos pide una comunidad redimida que realmente sea redentora de la maldad, partiendo por la propia. La fe en Jesús evidencia que ante el Padre no hay personas de primera y segunda categoría, y nos invita a buscar en toda realidad humana lo que los padres de la Iglesia llamaban las «Semillas del Verbo». Por esto, las noticias de delitos cometidos por sacerdotes contra un menor de edad nos estremecen y consternan y —de verdad— buscamos la justicia y la reparación”.

Esta asamblea plenaria extraordinaria de los obispos se realiza tres meses después de aquella otra, famosa, del 8 de abril pasado, que se inauguró con la Carta del Santo Padre y tuvo luego numerosas y graves consecuencias, fundamentalmente la renuncia de los 32 obispos actualmente en funciones.

En dicha carta el Papa Francisco dice a los obispos chilenos: “Ahora, tras una lectura pausada de las actas de dicha “misión especial”, creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas, y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza. Teniendo en cuenta todo esto les escribo a ustedes, reunidos en la 115ª Asamblea plenaria, para solicitar humildemente Vuestra colaboración y asistencia en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia. Pienso convocarlos a Roma para dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones. He pensado en dicho encuentro como en un momento fraternal, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el solo objetivo de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas. Sobre la fecha encomiendo al Secretario de la Conferencia Episcopal hacerme llegar las posibilidades. En lo que me toca, reconozco, y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas”.

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