OBISPOS DE VENEZUELA CON EL PAPA. Denuncian la existencia de “grupos con ciertos intereses” y le entregaron una declaración formal de apoyo ante “los grupos que desean manchar su imagen”

Trabajando con algunos
Trabajando con algunos

“Mantengan la cercanía con el pueblo, siempre”. Ha sido la insistencia del Papa a 43 obispos de Venezuela, a quienes recibió hoy durante más de dos horas en privado. “En eso insistió, por activa y por pasiva”, dijo José Luis Azuaje, al comparecer ante la prensa tras la reunión. Según el presidente de la Conferencia Episcopal, Francisco sigue preocupado por la suerte de los más vulnerables en ese país sudamericano. Pero no dio indicaciones políticas. En cambio recibió el apoyo en bloque de los clérigos venezolanos, ante “los grupos que desean manchar su imagen”.

Justo el día de la Virgen de Coromoto, la patrona de Venezuela, el pontífice recibió a los obispos que estos días llevan a cabo su visita “ad limina apostololrum” al Vaticano. Se trata de una gira periódica de información a los organismos de la Curia Romana y al vicario de Cristo. La última vez que los venezolanos la realizaron fue nueve años atrás. Como suele ocurrir con Jorge Mario Bergoglio, se trató de un encuentro despojado de todo protocolo en uno de los salones del Palacio Apostólico. Un diálogo directo, durante el cual los prelados pudieron exponer sus inquietudes y al final escucharon las recomendaciones del Papa. “Los obispos nos topamos con problemas muy graves, se los informamos al Papa Francisco”, reveló el también arzobispo de Maracaibo. De la hiperinflación que anula toda la ganancia de los trabajadores, al hambre “que se quiere ocultar”. De la falta de medicamentos, a la migración en masa que afecta la unidad familiar y también la misión pastoral de la Iglesia. Porque muchos sacerdotes y enteras comunidades religiosas se han visto obligadas a salir del país. Tantos otros no pueden ingresar o permanecer en el país porque no les conceden las necesarias visas. “Cuando los sistemas políticos se hacen poderosos, se sirven a si mismos y no al pueblo, eso lleva a una desestructuración de todas las instituciones y poderes democráticos. Esto es lo que sufrimos hoy, hay casi un quiebre del alma en el pueblo venezolano”, siguió Azuaje.

En el diálogo con el obispo de Roma también se abordó la imposibilidad de abrir un canal humanitario para hacer llegar alimentos y medicinas procedentes de muchos países del mundo, donde desean ayudar a Venezuela pero no tiene cómo porque el gobierno se niega a reconocer la crisis interna. “El Papa nos animó a seguir trabajando en la migración, en la Amazonía, en la dignidad de la persona humana, en la comunión. Nos insistió mucho la cercanía al pueblo venezolano, especialmente a los que más están sufriendo todas estas calamidades, tocar el sufrimiento y hacerlo en comunión episcopal. Cercanía que significa desprendimiento muchas veces de categorías que podríamos tener nosotros para darle cabida al otro, significa activar en nuestras diócesis todo lo posible para atender estas necesidades de la gente”, apuntó. Aclaró que esto no significa que los obispos venezolanos abandonen su misión, especialmente aquella que incluye la denuncia con valentía de “todo lo que daña al ser humano”, con los riesgos que eso conlleve. Se trata, abundó, de un “Dios profético” que los puede llevar hasta el martirio y eso, insistió, “es válido”. Más adelante subrayó que el Papa conoce bien la situación venezolana, que está bien informado sobre el apoyo dado por los países de Latinoamérica a los migrantes del país. Sostuvo que en la cita se habló de los presos políticos o de conciencia y sobre la “inhumana situación carcelaria”. Aseguró que, sobre eso, existe preocupación tanto en Francisco como en los obispos, quienes constantemente reciben noticias sobre represión y el uso excesivo de la fuerza pública. “(Francisco) manifestó su cariño inmenso, su corazón está con el pueblo venezolano. Esperemos que en días venideros pueda dedicar una palabra para Venezuela”, anticipó.

Azuaje también leyó algunos pasajes de una declaración de apoyo y solidaridad de los obispos de su país al Papa, como consecuencia de la reciente crisis por las acusaciones en su contra (de supuestamente haber encubierto los abusos del ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick), lanzadas por el ex nuncio apostólico en Estados Unidos, Carlo María Viganò.

El texto incluyó un “apoyo fraterno” al proyecto de renovación de la Iglesia impulsado por el Papa. Aseguró la oración del pueblo. “En esta lucha no está solo, le acompañamos. Tiene el apoyo pleno no sólo del episcopado, sino de toda la Iglesia que peregrina en Venezuela”, agregó. El arzobispo denunció que, desde hace años, se intenta minar la credibilidad del pontífice argentino, con una “especie de campaña” para evitar que tenga éxito en el saneamiento de algunos aspectos negativos de la Iglesia y en la reforma de la Santa Sede. Se mostró preocupado por la existencia de “grupos con ciertos intereses” que buscan dañar la imagen del líder católico y su acción reformadora de la Iglesia.

“El Papa está haciendo su trabajo y lo está haciendo muy bien para nosotros, a la manera latinoamericana y tratando de responder a todos los retos que se le han presentado. En eso nosotros queremos acompañarlo, mostrarle nuestra comunión y nuestra solidaridad”, constató. Y ponderó: “Siempre hemos apoyado al Papa, el pueblo venezolano lo ama. Ha habido algunos grupos que han querido mostrar que el Papa está con el gobierno (del presidente Nicolás Maduro) y que los obispos somos rebeldes. Nosotros simplemente somos hombres de la Iglesia, pastores del pueblo, que animamos la comunión, que estamos con él, seguimos su marco doctrinal, tiene toda nuestra solidaridad. Lo sentimos cerca no solamente por ser latinoamericano, sino por lo que está haciendo a favor de la Iglesia universal”.

Vatican Insider

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