Los primeros llegarán a Uruguay dentro de poco, con el visto bueno del presidente José Mujica. Son seis, considerados de “alta peligrosidad”, y viajarán desde la base naval de Guantánamo, en territorio cubano, hasta Montevideo, Uruguay, que les concederá un “salvoconducto humanitario” durante el tiempo necesario para obtener el estatus de refugiados.
El gobierno uruguayo, mientras tanto, tranquiliza a su propia opinión pública –con fuertes resistencias en la comunidad judía- afirmado que ha verificado atentamente los antecedentes de los refugiados y comprobó que “no existe riesgo o peligro alguno que habilite la implementación de cuidados especiales”. Por lo tanto, cuando lleguen al pequeño país sudamericano serán “hombres libres, se les concederá el estatuto de refugiado y podrán salir de Uruguay, siempre y cuando tengan la autorización correspondiente”.
Uruguay es el segundo país de América Latina que recibe detenidos de Guantánamo. En El Salvador ya se han radicado dos presos liberados en abril de 2012, ambos de origen chino.
El propósito de Obama es vaciar el tristemente famoso centro y cerrarlo, tal como prometió en reiteradas oportunidades ya desde su primera presidencia. Para hacerlo, debe “reubicar” los 154 reclusos que todavía se encuentran alojados en esas instalaciones y América Latina podría absorber un cierto número de ellos. Según declaraciones, Colombia también recibió una solicitud del presidente norteamericano en este sentido y la está estudiando. Chile podría ser otro destino, así como Perú y Brasil. Es más problemática la disponibilidad de países como Venezuela, Bolivia y Ecuador.
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