Por primera vez se abre una perspectiva seria de diálogo entre el gobierno del presidente N. Maduro y la oposición. Maduro y los partidos de la oposición, reunidos en la “Mesa de unidad democrática” (MUD), se encontraron cara a cara y después de tres horas de discusiones decidieron iniciar un diálogo que será público, abierto a la prensa y con la presencia de garantes, llamados “testigos de buena fe”.
Con respecto a los testigos, por ahora se habla de los Ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Colombia y Ecuador. En el futuro podrían sumarse otros del Grupo UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas), pero hasta el momento nada se ha dicho sobre un Representante de la Santa Sede. La oposición pide esta presencia, pero el gobierno no ha dado una respuesta definitiva. Monseñor Diego Padrón, Presidente del Episcopado, dijo hace pocas horas que a él no le resulta “que el presidente Maduro haya presentado una solicitud formal al respecto”.
El partido del líder opositor Leopoldo López, actualmente detenido, no ha “suscripto” el acuerdo y es el único que al final se ha desentendido de la decisión, que de todos modos todavía es un compromiso muy genérico a pesar de ser positivo. En las conversaciones no se ha fijado una fecha de inicio ni una sede. Tanto las autoridades del gobierno como los líderes de la oposición son muy cautelosos y hablan de coloquios de exploración, de buenos propósitos y de clima cordial.
Los líderes religiosos venezolanos también hicieron llegar un importante mensaje: “El diálogo comienza reconociendo las diferencias”. Es la idea central que compartieron en el curso de un encuentro que contó con la presencia del Ministro de Relaciones exteriores, justicia y paz, Miguel Rodríguez Torres, y se dio a conocer en el mismo momento en que el presidente Maduro declaraba su disponibilidad para reunirse inmediatamente con la oposición. Por ahora se espera la respuesta de los opositores.
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