Como habíamos informado en una nota anterior, ayer, domingo 11 de mayo, el obispo auxiliar de San Salvador, monseñor Gregorio Rosa Chávez, en el curso de la tradicional conferencia de prensa después de la misa respondió de esta manera a la pregunta sobre el estado del proceso de beatificación del arzobispo Óscar Romero: “Hay buenas noticias”. A continuación el prelado aclaró que no podía agregar nada más porque es un asunto delegado al arzobispo, monseñor Luis Escobar, quien en breve regresará al país. La importancia de estas tres palabras de monseñor Rosa Chávez no radica solo en la autoridad del obispo –quien trabajó estrechamente y con gran fidelidad cerca de monseñor Romero- sino también en el contexto de sus palabras. El viernes pasado el Papa Francisco recibió a monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador y Presidente de la Conferencia Episcopal, junto con otros tres obispos delegados del Episcopado. Uno de los motivos del encuentro era entregar al Santo Padre, según lo que informó la prensa salvadoreña, una carta de los obispos referida a la beatificación de monseñor Romero dentro de la perspectiva del centenario de su nacimiento, el 15 de agosto de 2007 (San Romero en dos movimientos).
Es sabido que la causa de beatificación del obispo mártir estuvo “congelada” durante mucho tiempo. También es cierto que años atrás hubo algunas oposiciones individuales a esta eventual beatificación. Sin embargo, la razón principal de ese estancamiento fue la carga ideológica que desde diversas partes, y no solo latinoamericanas, se le atribuía a la figura, al testimonio y al sacrificio del obispo mártir. Es probable que esta carga ideológica se haya usado también como pretexto para evitar o frenar que se levantara dicho congelamiento. Pero ahora la situación ha cambiado y muchos sólidos indicios señalan que se aproxima la conclusión de un proceso abierto hace 21 años (1993). Probablemente haya noticias importantes en los próximos días.
Al hablar con los periodistas, Mons. Gregorio Rosa Chávez hizo algunas reflexiones muy significativas: “Está muy contento el Papa”, dijo, y luego observó “se ve que estamos llegando al final del proceso de beatificación, así que esperamos en Dios que pronto veremos a monseñor Romero en los altares. Ha sido una larga espera. Estamos llenos de gozo y gratitud porque esta es una noticia que alegra a todo el país, incluso a gente que no es católica. Alegra al mundo entero porque es un santo de alcance universal”. El obispo auxiliar de San Salvador concluyó con estas palabras: “Monseñor Romero dio su vida por todos nosotros. El Papa Francisco está convencido que monseñor (Romero) es un mártir, un santo. No tiene ninguna duda, por eso estaba tan contento el viernes de conversar con los obispos de El Salvador que le visitaron”

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