Cristina Kirchner asistirá al Te Deum del 25 de Mayo en la catedral de Buenos Aires presidido, por segunda vez consecutiva, por el sucesor de Bergoglio, el cardenal arzobispo Mario Aurelio Poli. El anuncio oficial fue dado por la Secretaría de la Presidencia de la Nación después que los dos principales diarios argentinos, Clarín y La Nación habían dejado entrever la posibilidad de un nuevo rechazo. El plenario de la Conferencia episcopal que concluyó con un alarmado documento que traza el perfil de un país “enfermo de violencia”, donde “la corrupción pública y privada es un verdadero cáncer social”, fue lo que dio origen a estas suposiciones. El gobierno acusó el impacto de las duras palabras de los prelados contra “el modelo” social y político que se ha impuesto en estos años e hizo oir su reacción en diversas declaraciones efectuadas por representantes de relieve. El nivel de tensión bajó después del encuentro que posteriormente mantuvo la presidente Kirchner con la cúpula del episcopado y sobre todo por las palabras de un acreditado miembro de la Iglesia argentina, Monseñor Víctor Manuel Fernández, quien en un artículo publicado en el diario Página 12 expuso lo que considera la verdadera interpretación del documento episcopal sobre la violencia en la sociedad, muy diferente a las “distorsionadas” y “falsas” que se habían difundido.
El propósito de Mons. Manuel Fernandez, cercano al Papa Francisco y con el cual mantiene una relación fluida, era dejar en claro que las interpretaciones que circularon en los medios no expresaban la intención de la amplia mayoría del episcopado y su presidente, José María Arancedo. El rector de la UCA criticó la “parcialización de la realidad”, las “informaciones distorsionadas” y los “datos falsos” que precedieron la publicación del texto, determinando también las lecturas posteriores en clave antigubernamental.
Resultan significativas –y en cierto sentido coincidentes con las de Fernández- las palabras del ceremoniero pontificio, el argentino Guillermo Karcher, que hoy reproduce el diario La Nación. “Lo charlamos inmediatamente (con el Papa) y analizamos el documento de la Conferencia Episcopal. Hay que entender el lenguaje en un contexto. Me parece que no hay porqué buscar motivo de conflicto”. El colaborador del Papa Francisco agregó que el documento “es una invitación a la reconciliación nacional como tantos otros documentos que vienen haciéndose en Argentina desde hace años”.
El “milagro” del retorno presidencial al Te Deum que celebrará dentro de una semana el cardenal Poli, se debe en gran medida al Papa argentino y sus atenciones para con la presidente Kirchner; las llamadas telefónicas y los mensajes entre ambos –se dice en el entorno del gobierno sin que haya desmentidas en el ámbito eclesial- son muchos más de lo que se sabe públicamente. Y la presidente corresponde esas atenciones del Papa Francisco.
El retorno de un Kirchner al Te Deum en la capital, después de una década de ausencia, ya parecía dado por hecho el año pasado, cuando Cristina Kirchner participó de la histórica ceremonia en la basílica nacional de Luján, a sesenta kilómetros de Buenos Aires. La misma presidente había hecho saber que la decisión de celebrarlo allí y no en la capital ya había sido tomada antes de la elección de Bergoglio, dando a entender que este año asistiría al Te Deum en la catedral. El nombramiento de Poli como arzobispo fue recibido luego con mucha cordialidad y ordenó a su gobierno que participara en bloque en la ceremonia de toma de posesión. El nuevo arzobispo a su vez visitó a la presidente en la Casa Rosada pocos días antes de asumir el cargo, manifestando a la señora Kirchner el deseo de que ella regresara a la catedral “ya que es su casa y el Te Deum siempre se hizo allí”.
Entre los colaboradores del cardenal, la recuperación de un único acto religioso el próximo 25 de mayo se consideraba “más que probable”. Y efectivamente, así será. El histórico acto en la catedral metropolitana contará con la presencia de la señora de Kirchner.

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