Vinicio Castillo Semán – tal es su nombre- ha presentado un proyecto de ley según todos los procedimientos que rigen en la Cámara de diputados de su país adjuntando la recomendación de que se declare de alta prioridad nacional la construcción de un muro en la frontera con Haití, la otra mitad más pobre de la isla. El muro, según la propuesta del político, debería contar con pasos de entrada y salida para permitir el normal desarrollo de las actividades comerciales entre los dos países, pero el objetivo fundamental es reforzar el control migratorio. La intención de diputado, en efecto, es que el muro debe servir para frenar el alarmante flujo de haitianos hacia la República Dominicana de los últimos tiempos, incrementado por el Plan nacional de regularización de la nacionalidad recientemente aprobado en su país.
Al fundamentar la propuesta, el parlamentario dominicano hace notar que en su momento Estados Unidos y España también construyeron barreras divisorias para hacer frente a la presión de los inmigrantes en sus respectivas fronteras.
Una nube que se cierne sobre la cabeza del presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, que el viernes será recibido en el Vaticano por el Papa Francisco, quien, como todos saben, no es un amante de los muros.
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