Hasta ahora, la edad mínima para poder trabajar era 14 años. El Senado boliviano la bajó a 10. Al tomar la decisión se tuvo en cuenta la realidad de los hechos, considerando que miles de niños se ven obligados a trabajar para mantenerse a sí mismos, a sus hermanos o a la familia. La única condición es que no trabajen por cuenta de terceros o en relación de dependencia, en cuyo caso la edad mínima se mantiene en 14 años, con tutelas de diversos tipos y un salario que no puede ser inferior al que percibe un adulto.
Los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia registran 850 mil niños y adolescentes que trabajan y solo el 2,5% empujados por condiciones de pobreza.

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