LA BESTIA. Es el nombre que le han puesto los centroamericanos al tren que los lleva hasta la frontera con Estados Unidos. Entre ellos aumenta el número de menores

Emergencia migrantes
Emergencia migrantes

“La bestia”,  así llaman al tren de los emigrantes, que desde América Central lleva hacia el Norte, en dirección a la frontera. Los hondureños lo toman por asalto, tal como muestra esta fotografía publicada hoy en primera página por el diario hondureño La Prensa. Grandes y chicos, muchos de ellos no acompañados por un adulto. A bordo de los destartalados vagones recorren cientos de kilómetros por bosques y montañas, gran número de ellos arriba del techo, expuestos al sol y a las inclemencias del tiempo, hasta la frontera mexicana con los Estados Unidos, que intentarán después cruzar ilegalmente. Una ruta de guerra que muchos, sobre todo los más pequeños y los más débiles, no lograrán completar.

El número de menores que emprenden la travesía se ha incrementado enormemente en los últimos meses. Muchos dejan su país para reunirse con algún familiar, o uno de sus padres que ya completó la odisea. Según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos eran 8 mil en 2011. Este año ya fueron 47 mil, mientras se espera un flujo superior a 60 mil personas más antes de fin de año. Y seguirá aumentando, porque se ha corrido la voz –o la ilusión- de una posible moratoria que estaría preparando el gobierno de Obama para permitir que los menores separados de uno o ambos padres puedan reunirse y radicarse con ellos con una visa especial.

De esas decenas de miles de niños que emigran solos, para escapar de la pobreza y de la violencia, se ha hecho portavoz el Papa en el mensaje que envió para la inauguración del Coloquio sobre Migración y Desarrollo que se llevó a cabo en México el pasado lunes. “Esta emergencia humanitaria reclama en primer lugar una intervención urgente, que estos menores sean acogidos y protegidos. Tales medidas, sin embargo, no serán suficientes si no van acompañadas de políticas de información sobre los peligros de un viaje tal y, sobre todo, de promoción del desarrollo en sus países de origen”.

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