CUBA: LOS MANGLARES PUEDEN SALVARNOS DEL ATAQUE. El enemigo es el mar, que se está comiendo la isla. Los manglares son las barreras de contención que pueden defenderla

Controlando el nivel
Controlando el nivel

Cuba, 2050. Ciento veintidós poblados de la costa han quedado borrados del mapa. Falta el agua dulce, las tierras ya no sirven para el cultivo, el ecosistema está en peligro. Miles de personas se vieron obligadas a buscar refugio tierra adentro… Parece una invasión del eterno e implacable enemigo estadounidense, pero no. Es una descripción de lo que va a ocurrir como consecuencia del cambio climático y la reducción de los manglares costeros de la isla, a menos que se adopten medidas urgentes.

Dicen los expertos que el nivel de los océanos subirá 27 centímetros hasta 2050 y 80 hasta 2100. Parece poco, pero en realidad el incremento inundará una franja de dos kilómetros sobre la costa de la isla. El proceso es irreversible y sumamente veloz. Los pescadores, como explica Associated Press, recuerdan perfectamente que solo pocas décadas atrás la línea costera se encontraba 100 metros más lejos. Había una ruta paralela a la playa, casas e incluso un tanque de guerra, viejo testigo de la Revolución. Ahora todo eso está bajo el agua, cada año un poco más allá en el fondo del mar. El tanque de guerra les permite estar muy seguros de que la costa retrocede cerca de dos metros por año.

Las autoridades cubanas, alarmadas por la situación, han empezado a tomar precauciones. La primera medida será restaurar los manglares costeros, barreras naturales por excelencia contra el avance del mar, deteriorados por décadas de maltrato y explotación descontrolada.

Según Reynier Samón, del Instituto de Investigaciones Agroforestales de Cuba, “más del 30 por ciento de los manglares se encuentran en un estado crítico”. La situación es tan grave que el presidente Raúl Castro en persona ha intervenido prohibiendo la tala de los mismos e implementado un plan nacional de manejo sustentable.

La población cubana conoce muy poco la importancia que reviste la conservación de este ecosistema. Solo lo consideran un recurso para explotar económicamente y con el cual pueden satisfacer diversas necesidades. Del mangle obtienen desde taninos para la industria farmacéuticas hasta tinturas. Se usa también para la construcción, la fabricación de muebles, en la agricultura y para producir carbón. Por eso ha sido fundamental la campaña de información que se está desarrollando. En las escuelas, el gobierno ha realizado programas de sensibilización sobre la importancia de la reforestación y de la preservación del ecosistema. Al mismo tiempo se procede a plantar manglares nuevos, para lo cual cuentan también con la ayuda de Fondo para la Adaptación al Cambio Climático, un programa de las Naciones Unidas. Los primeros resultados son alentadores. Solo en el último año se han consolidado más de 36.000 hectáreas de manglares nuevos en todo el país. En Cuba se encuentra el 69% de los manglares del Caribe y según el Fondo de Defensa del Medio Ambiente, con sede en Nueva York (EDF, por sus siglas en inglés), la pérdida anual de manglares es de un 3,6%. Por esa razón los trabajos de recuperación en Cuba se consideran fundamentales.

Para el director del programa del EDF en Cuba, Dan Whittle, las medidas cubanas pueden servir como “modelo para otros países vecinos”. La desaparición de los manglares del Caribe, en efecto, constituiría un desastre para la biodiversidad y las poblaciones locales y sin duda también afectaría el turismo, una de las principales fuentes de la economía de la región.

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