Casi seis mil infectados de ébola se registran en África Occidental, tres mil muertos provocados por el morbo y la alarma de la Organización mundial de la salud que estima que probablemente habrá un millón cuatrocientos mil contagiados a mediados de enero de 2015 si no se aceleran los esfuerzos para frenar la epidemia. No fueron muchos los países que respondieron al llamado a la movilización y a ofrecer personal dispuesto a pelear en la trinchera de la contención y retroceso de la epidemia. Sí lo hizo Cuba, que envió un contingente de 165 médicos y enfermeros a Sierra Leona, uno de los focos más virulentos, consciente del peligro de introducir el contagio en su propia casa y en el continente.
Varios sitios de internet de Cuba señalan que el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí se prepara para la posibilidad de un contagio en la isla. El director del instituto, Jorge González confirmó a la televisión del Estado que se están adoptando “todas las medidas profilácticas” para proteger a la población de una hipotética llegada del ébola a la isla. Se han reforzado también las medidas de control en los aeropuertos. Declaraciones y medidas que no hacen más que confirmar la seridad del peligro.