América Latina sigue creciendo. Lo confirman las últimas estadísticas oficiales y las proyecciones del Fondo Monetario Internacional: en la región –aunque con grandes diferencias de un país a otro- la tendencia muestra un claro signo “más”. El primero del grupo es la Bolivia del reelecto presidente Evo Morales –casi un plebiscito en su opinión-, precisamente gracias a los éxitos en el campo económico. Entre 2012 y 2015 el país habrá dado un salto del 24,1 por ciento. Le siguen de cerca Perú (22,1%), Paraguay (22%), Colombia (19,2%) y Ecuador (18,8%). El furgón de cola es la Argentina de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, que no por casualidad hoy enfrenta serios problemas precisamente por la economía: inflación galopante, inestabilidad de la moneda y un prolongado litigio –que desembocó en el default- con los fondos de especulación estadounidenses. Según datos de analistas privados y las estimaciones del FMI, el crecimiento del Producto Bruto Interno argentino entre 2012 y 2015 será de un magro 0,5 por ciento, el más bajo de la región. Si se confirmaran las previsiones, el país sudamericano se ubicaría incluso detrás de Venezuela, que en el mismo período habría crecido un 2,7 por ciento.
Algunos puntos más arriba en la escala de crecimiento están Brasil (5,3%, en descenso) y Uruguay (14,4%), cuyos ciudadanos han sido convocados a las urnas en los últimos días para elegir nuevos presidentes.
Venezuela será el país latinoamericano con mayor inflación en 2014 (alrededor del 64%). E inmediatamente después Argentina. Según cálculos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo de la República (INDEC), en Buenos Aires y Gran Buenos Aires los precios aumentaron este año un 43%. Números que hacen reflexionar si se considera que incluso Siria, en el antepenúltimo lugar, lo está haciendo mejor.
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