EL HOMBRE QUE MATÓ AL MITO. El diario español “El Mundo” revela la dinámica de la muerte de Ernesto Che Guervara hace 47 años

Una foto que pasó a la historia. Después de la ejecución, el cuerpo del Che fue llevado a la localidad de Valle Grande y exhibido en una conferencia de prensa. En el recuadro, Mario Terán Salazar en una foto de la época.
Una foto que pasó a la historia. Después de la ejecución, el cuerpo del Che fue llevado a la localidad de Valle Grande y exhibido en una conferencia de prensa. En el recuadro, Mario Terán Salazar en una foto de la época.

 ”Póngase sereno, usted va a matar a un hombre”. Estas habrían sido las últimas palabras de Ernesto “Che” Guevara cuando vio entrar a Mario Terán Salazar, el hombre que lo mató el 9 de octubre de 1967. La primicia del diario español El Mundo probablemente aclara de manera definitiva las circunstancias de la muerte del Che y es el resultado de un año de investigación del periodista, Ildefonso Olmedo y del director del periódico “El Potosí”, de Potosí (Bolivia) Juan José Toro.

En su investigación, los periodistas lograron ubicar y entrevistar a Terán Salazar, que en aquel momento era suboficial del Ejército boliviano. Pero más importante aún es que encontraron el informe que él escribió a sus superiores, entre los cuales se encontraba el actual general Gary Prado, quien ha confirmado su autenticidad.

Según el documento, después de la captura de Guevara los militares recibieron la orden del gobierno de ajusticiarlo (intervino personalmente el entonces presidente boliviano René Barrientos Ortuño) utilizando una frase en clave: “saluden a papá”. Varios se ofrecieron como voluntarios, pero fue elegido Terán, quien se dirigió a la escuelita de La Higuera (sudeste boliviano), donde se encontraba detenido.

Era el 9 de octubre de 1967. Cuando vio entrar al suboficial, Guevara dijo: “Usted ha venido a matarme”.

Terán Salazar relata en el informe que se sintió intimidado por la presencia del guerrillero. “Bajé la cabeza sin responder. Yo no me atrevía a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande. Sentía que se me echaba encima y cuando me miró fijamente me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido podía quitarme el arma”.

Fue entonces cuando el Che dijo: “Póngase sereno, usted va a matar a un hombre”.

“Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che cayó al suelo con las piernas destrozadas, se contorsionó y comenzó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en un hombro y en el corazón…”.

El general Gary Prado lo reconoció en las fotos y afirmó que él le recomendó al suboficial que no confesara públicamente su rol para evitar posibles venganzas. Terán Salazar parece haber seguido el consejo al pie de la letra. A los periodistas que fueron a buscarlo, en efecto, ha negado todo, afirmando que en aquella época había tres militares con el mismo nombre en el Ejército boliviano y “seguramente” por eso lo confundieron con la persona que mató al Che.

De lo que no cabe duda es que no tiene una buena opinión del hombre. “Para mí y para la mayor parte, ha sido un invasor”, dice. “Tenía otras ideas que con su guerrilla quería inculcar en otra gente, en la gente boliviana… Y no como lo idolatran ahora. ¡Tanta gente ha caído!”. Ni siquiera ha visto películas o leido libros sobre la vida del revolucionario. “Nunca me ha interesado seguir cuanto se decía del Che. Yo tenía ideas diferentes… Nunca he sido un seguidor”.

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