LA MODERNIDAD DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS. Una nueva biografía del célere dominico –y siervo de Dios- que luchó por la dignidad de los indígenas contra Sepúlveda

Ilustración de Oliver Flores en Letras Libres, febrero de 2015 | Composición de Emiliano I. Rodriguez
Ilustración de Oliver Flores en Letras Libres, febrero de 2015 | Composición de Emiliano I. Rodriguez

«Ahora está todo en juego –prosiguió Las Casas-. Cada vez que crucé el océano me preparé para el día que ha de demostrarme si el Reino de Dios para España no es sino objeto de escarnio o si España vive para este Reino. Les haré la última pregunta: si quieren morir o vivir, si el tiempo, el poder engañoso y el oro les significan más que el alma y la eternidad, y cómo creen poder responder algún día ante nuestro Juez”. Así hace hablar el escritor alemán Reinhold Schneider (Baden-Baden 1903 – Friburgo 1958) al fraile dominico Bartolomé de las Casas (Sevilla 1484 – Madrid 1566) en un pasaje decisivo de su novela Las Casas vor Karl V. Szenen aus der Konquistadorenzeit, publicada por primera vez en Frankfurt en 1938 y traducido en Italia por Mondadori en 1942 (Bartolomeo de las Casas. Scene dal tempo dei conquistatori) (en España, Bartolomé de las Casas frente a Carlos V, Ediciones Encuentro, 1979, ndt). Las palabras que dirige al caballero Bernardino de Lares, de Valladolid, compañero de su último viaje desde las Indias a España, resumen cabalmente la estatura humana del fraile y su personal drama interior, relacionado con los sujetos históricos de la fe y el poder político.

Si formas artísticas tradicionales como la literatura, el teatro, la música, el cine y la pintura contribuyeron a perfilar una figura tan emblemática como generadora de juicios contrapuestos, la bibliografía científica también es particularmente conspicua,  lo que llevó a Benno M. Biedermann, dominico de origen alemán, a instituir en 1962 una rama específica de estudios americanistas que se denomina precisamente “lascasismo”. Incluso recientemente, en el ámbito de un ambicioso proyecto editorial destinado a la publicación de biografías de españoles destacados (la colección se titula Españoles eminentes), la Fundación “Juan March” de Madrid ha patrocinado una nueva biografía del obispo de Chiapas escrita por Bernat Hernández, profesor ordinario de Historia Moderna de la Universidad de Barcelona.

La vida de Las Casas está profundamente unida al destino de España en el momento de su máximo esplendor y el descubrimiento del Nuevo Mundo. Llegó muy joven a las Indias Occidentales para hacerse cargo de los negocios y derechos adquiridos por su familia, ya que su padre había sido uno de los compañeros de Cristóbal Colón en el segundo viaje. Se convirtió en encomendero e incrementó considerablemente sus riquezas. Posteriormente, impresionado por las condiciones de esclavitud impuestas a los indígenas y por la prédica de un fraile dominico, decidió renunciar a sus posesiones y abrazó el sacerdocio, entrando en la Orden de los dominicos. En los años de la colonización y consolidación de la corona española, Bartolomé de las Casas se convirtió en un infatigable intérprete de los derechos de las poblaciones aborígenes. Su vasta producción teológica y jurídica estuvo destinada a sostener que el Nuevo Mundo debía fundarse en un contrato político entre las personas para garantizar una convivencia pacífica. En este sentido no resulta arriesgado afirmar que Bartolomé de las Casas fue uno de los principales “conquistadores” del Nuevo Mundo, ya que propuso y persiguió una política ejemplar con una presencia propia, encarnada en la experiencia misionera. Su obra fue personal y cotidiana, y se caracteriza por un pragmatismo flexible cuyo único objetivo era la construcción de un nuevo orden social fundado en el Evangelio. Sin embargo, su propuesta de evangelización pacífica obtuvo escasos resultados en el plano concreto, ya que algunas experiencias de convivencia entre los indios constituyeron un fracaso. Por otra parte, por mérito de su asidua actividad especulativa el emperador Carlos V promulgó las Leyes Nuevas el 20 de noviembre de 1542, que garantizaron una mejora fundamental en las condiciones de los indígenas y el progresivo desmantelamiento del sistema basado en la encomienda. Otra etapa histórica significativa fue el duro enfrentamiento, en ocasión de la Junta de Valladolid (1550-1551), con el humanista Juan Ginés de Sepúlveda, convencido defensor de la necesidad de dominar por medio de la guerra a los indígenas, considerados inferiores (El descubrimiento de los salvajes, 1548), y de someterlos a los fines de una evangelización impuesta.

Hernández afirma en su libro que “ante la globalización en el mundo moderno, que se caracteriza por el multiculturalismo, resulta natural volver al precedente del siglo XVI, un escenario donde se enfrentaron por primera vez los paradigmas sociales, económicos, religiosos y políticos del Viejo Continente con los  del resto del planeta”. El pensamiento de Bartolomé de las Casas constituye un valioso testimonio para un mundo moderno que desee volver a empezar a partir de la hermenéutica consciente de un pasado que puede erigirse en paradigma. Y el autor sigue diciendo: “Sus reflexiones sobre la libertad de los nativos, sobre la justicia, las condiciones de guerra o las relaciones con las otras confesiones en la época de la “primera globalización” que supuso la expansión ibérica en las Américas, se presentan como piedras fundamentales para la lectura de muchas ideologías contemporáneas”.

El opúsculo Brevísima relación de la destrucción de las Indias, uno de sus textos más famosos y uno de los mayores éxitos editoriales de la prensa moderna, fue publicado y utilizado innumerables veces en el curso de los siglos contra el poder de turno y las ideologías dominantes, desde las guerras confesionales del Quinientos y Seiscientos hasta la guerra de la Independencia americana e incluso la Alemania nazi del siglo XX. Recuerda también Hernández que “Bartolomé de las Casas no fue hombre de una sola obra”, sino autor de una enorme mole de escritos, muchísimos de los cuales permanecieron inéditos por decisión de la monarquía española hasta el siglo XIX. Esta nueva biografía del Siervo de Dios Bartolomé de las Casas responde a la necesidad de iluminar una página controvertida de la naciente historia moderna y ofrece nuevas orientaciones para valorar la actualidad de su pensamiento.

En uno de los pasajes finales de la novela de Schneider, Las Casas dirige a su emperador, que ha ratificado las Leyes Nuevas, palabras de rara intensidad profética: “Ahora todo está bien, el fuego está encendido y no podrá apagarse más, aunque todos los vientos del mundo se rebelaran contra él. Desde ahora, los indios son seres humanos y la injusticia, herida en su corazón, tendrá que ceder, aunque ella quisiera atenazarse en cada hacendado y buscardor de oro. Desde este instante, tu pueblo comenzará a sanar”.

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