Educadamente y disculpándose, pero lo dijo: “Que me perdone la Iglesia Católica, pero hemos decidido que estos cuadros irán a la Casa de la Moneda de la ciudad de Potosí, porque si se los devolvemos a la Iglesia, podrían perderse de nuevo”.
El presidente boliviano Evo Morales comunicó su decisión durante la ceremonia de agradecimiento a las personas que recuperaron los valiosos cuadros, robados en 2002 en la iglesia de San Martín, Potosí, al sur del país. Los cuadros, agregó, volverán a la ciudad probablemente la semana próxima “para que el pueblo pueda custodiarlos”.
Pero también es cierto que la medida dispuesta por Morales no se funda en un prejuicio negativo contra la Iglesia. Es más bien una medida de tipo cautelar, destinada a evitar un nuevo robo. En efecto, en los últimos años en Bolivia, el robo de obras de arte de las iglesias se ha transformado en una constante.
Las dos telas “requisadas” por Morales (una “Fuga de Egipto” y una “Virgen de la Candelaria” de la época colonial) fueron encontradas en Estados Unidos en la casa de un coleccionista.