MISA CON TERREMOTO. Hace 30 años un fuerte sisma sembró muerte y destrucción en Ciudad de México. Lo recordarán con una simulación que tendrá lugar también en la catedral

La céntrica Avenida Juárez de Ciudad de México como es hoy y como se la veía después del terremoto de 1985. Foto José Carlos González y Fabrizio León
La céntrica Avenida Juárez de Ciudad de México como es hoy y como se la veía después del terremoto de 1985. Foto José Carlos González y Fabrizio León

Verdaderamente daría la impresión de que los fenómenos telúricos se repiten en ciertas fechas. El terremoto chileno de la semana pasada se produjo en los mismos días que el mexicano de treinta años atrás, cuando un trágico jueves –al amanecer del 19 de septiembre de 1985- la tierra se sacudió durante un minuto y medio provocando muerte y destrucción en la megalópolis azteca. Nunca se supo el número exacto de muertos, que algunas ONG calcularon en más de 30.000.

Los mexicanos saben muy bien que estos hechos pueden repetirse, y en realidad se repitieron en menor escala más de una vez, después de aquel fatídico día de septiembre.

Por eso las autoridades encargadas de la protección civil de Ciudad de México dispusieron una gigantesca simulación para entrenar a la población en las nociones básicas que se requieren en presencia de un sisma de grandes proporciones. Se calcula que en el simulacro –que se realizó en horario laboral un día de semana- participaron seis millones de personas y 25 mil agentes encargados de dirigir las operaciones de puesta a salvo.

La simulación se llevará a cabo también en la histórica catedral metropolitana y durante las celebraciones litúrgicas dominicales del día de hoy, 20 de septiembre. Los primeros que debieron aprender las normas de seguridad que se deben adoptar en estos casos fueron los trabajadores que prestan servicio en el templo, cerca de veinte, y los dos campanarios, así como el cuerpo de policía especial encargado de la seguridad de los peregrinos; ellos tienen la función de tranquilizar a los fieles que se encuentren dentro de la catedral en el momento del terremoto y guiarlos ordenadamente hacia las salidas, para reunirlos a salvo en los puntos establecidos.

Un sistema de cámaras filmará el comportamiento de todas las partes involucradas para poder corregir posteriormente las deficiencias que se observen.

Torna alla Home Page