SI 118 LES PARECEN POCOS… Las Abuelas de Plaza de Mayo, en Argentina, anunciaron a recuperación de otro nieto: se llama Martín, tiene 38 años y vive en el exterior desde los 15

Delia Giovanola de Califano, la abuela de Martin. Foto Kaloian
Delia Giovanola de Califano, la abuela de Martin. Foto Kaloian

Otra recuperación, otra fiesta. Las Abuela de Plaza de Mayo, en Argentina, recuperan otro nieto desaparecido en los años de la dictadura militar. Es el número 118.  Se llama Martín, tiene 38 años y vive en el exterior desde los 15. Es hijo de Oscar Ogando y Stella Maris Montesano, desaparecidos en 1976. Una historia como tantas otras, pero que a diferencia de muchas fue arrancada del anonimato por una cadena de testimonios sucesivos. Gracias al relato de algunos sobrevivientes a los secuestros de aquellas semanas fue posible reconstruir el último período de la vida de Stella Maris. Desde que, en octubre de 1976, un grupo de militares entró en su casa y la secuestró junto con su compañero Jorge Oscar Ogando, empleado de banco y militante como ella del PRT-ERP. La hija de tres años, Virginia Ogando, fue rescatada por una vecina la misma noche del secuestro y desde entonces quedó a cargo de su abuela paterna, Delia Giovanola de Califano, una de las 12 fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, quien nunca dejó de buscar a su nieto. Cuando irrumpieron en su casa, Stella estaba embarazada de ocho meses.

Por el testimonio de Alicia Carminati, una sobreviviente, se supo que Stella y su compañero fueron llevados a un centro clandestino conocido como Pozo de Banfield. Permanecieron en un pasillo hasta que fueron separados y a Stella la encerraron en la misma celda que Alicia. El 5 de diciembre de 1976, tres semanas después, Stella comenzó el trabajo de parto. Fue transferida a otro lugar de la cárcel clandestina junto con una estudiante de medicina, Graciela Gladys Pujol, también detenida ilegalmente en la cárcel de Banfield. El 15 de diciembre Stella volvió a la celda con Alicia. Dijo que había dado a luz un varón con la ayuda de Graciela Pujol, al que había dado el nombre de Martín, pero no pudo especificar el lugar exacto donde la habían llevado. De la madre y del niño nunca más se supo nada. Hasta el jueves pasado, cuando se hizo el anuncio de la recuperación de Martín.

La abuela Delia Giovanola de Califano nunca se dio por vencida, y al final encontró a Martín. Quien no podrá disfrutar la recuperación es la hermana de Martín, Virginia Ogando. En agosto de 2011, después de haberlo buscado sin tregua, se suicidó en la ciudad de Mar del Plata. Tenía 38 años, la misma edad que hoy tiene su hermano. En la carta que dejó dice que esperaba reunirse con sus padres.

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