MARIHUANA LEGAL. Sí del cardenal de Ciudad de México, pero solo para uso terapéutico. Y sin ilusiones: “La legalización de ninguna manera es suficiente para acabar con el crimen organizado”

Norberto Rivera Carrera. Foto: María Meléndrez Parada
Norberto Rivera Carrera. Foto: María Meléndrez Parada

El desayuno con periodistas católicos antes de Navidad, que ya es una tradición del cardenal de Ciudad de México Norberto Rivera Carrera, esta vez dejó a los invitados con tacos y enchiladas en la mano y la boca abierta. El purpurado, que no tiene fama de progresista, hizo declaraciones sorprendentes –y según algunos- inesperadas, precisamente cuando en el parlamento mexicano se está discutiendo una propuesta para liberalizar el uso de drogas menores como la marihuana. El objetivo de los promotores de la ley es sustraer un gigantesco mercado de manos del crimen organizado, mientras los que se oponen a la liberalización consideran que no se lograría ese propósito y además abriría las puertas a daños mayores.

El arzobispo de Ciudad de México se refirió al intenso debate sobre el proyecto y de ninguna manera se mostró contrario a la liberalización. Por el contrario, declaró delante de los atónitos comensales: “Sobre la propuesta de que la marihuana sea utilizada para fines medicinales, nosotros no tenemos ningún problema”. Y después trajo a colación un recuerdo personal:  ”Yo les puedo decir que desde chico tuve experiencias en este sentido”, prosiguió. “Cuando uno trabajaba mucho o caminaba mucho y llegaba muy cansado, pues le daban a uno su friega de marihuana con alcohol; y si sus usos se entienden en este sentido, la propuesta es bien recibida”.

La apertura –en cierto sentido inédita- fue inmediatamente acompañada por una limitación muy concreta: “La Iglesia se opone al consumo de drogas”, enfatizó el cardenal. “Consumir esta y otras drogas con fines distintos al de la salud, crea adictos, y las adicciones hacen familias infelices que viven un infierno, por el tipo de comportamientos que la persona adicta empieza a mostrar”.

Por último, dejó en claro que “la legalización de esta droga de ninguna manera es suficiente para acabar con el crimen organizado, pues este es un fenómeno más extenso que comprende otras actividades delictivas, como el secuestro y la trata de personas, así como otros delitos que son aún más rentables para la delincuencia.”

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