Al volver de su viaje a Roma para el sínodo sobre la familia había asegurado la colaboración de la Iglesia de Montevideo en la búsqueda de los restos de los desaparecidos durante los años del gobierno cívico militar en Uruguay. En este sentido había dado disposiciones a las parroquias para que abrieran las puertas al que tuviera algo que decir. A dos meses de distancia el cardenal de Montevideo Daniel Sturla –un nombramiento exclusivamente bergogliano- declaró que había recibido información sobre casos de sepultura clandestina. “Hubo gente que se acercó a las parroquias para aportar datos, hasta fotografías y dibujos”. El arzobispo no quiso proporcionar detalles sobre el origen de las informaciones especificando solamente que una de las personas que aportó datos “es muy mayor y parecería que participó en tales procedimientos”.
Sturla afirmó que toda la información que llega a la Iglesia se transmite inmediatamente a la Organización Familiares de Detenidos-Desaparecidos.