Si no es verdad, es verosímil, aunque la fuente es más que interesada. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro durante su última visita a Cuba para recibir la distinción José Martí, el 18 de marzo, habría estudiado con su par Raúl Castro la posibilidad de presentar la renuncia, como primer paso para una transición pacífica cuyo resultado sería un gobierno del mismo signo pero con mayor consenso. Según la Constitución de Venezuela, en este caso corresponde convocar a elecciones presidenciales, ya que la renuncia se habría presentado dentro de los primeros cuatro años del mandato presidencial, que en Venezuela tiene una duración de seis. La elecciones deberían ser convocadas dentro de los treinta días de la renuncia, durante los cuales el país estaría a cargo del vicepresidente con poderes ad interim. Si la renuncia se produjera en los últimos dos años del mandato, vale decir dentro de poco más de un año, el vicepresidente asumiría las funciones de presidente hasta completarlo.
El diario venezolano El Nacional/ABC señala que se observan movimientos dentro del chavismo en vistas de un traspaso de poderes. El más activo de los aspirantes sería el general retirado Miguel Rodríguez Torres, uno de los militares que participaron en el fracasado golpe del 4 de febrero de 1992 que terminó con Chávez en la cárcel, aunque paradójicamente lo lanzó también a la arena política. Fuentes militares no afines al general Rodríguez Torres aseguran que “el sector del 4-F” –como se conoce al grupo de oficiales vinculados con aquel intento de golpe militar- estaría dispuesto a forzar la renuncia de Maduro “invitándolo” a dejar el mando y aduciendo la crisis humanitaria que vive Venezuela. Esta facción –siempre según la fuente periodística citada- está apoyada por Diosdado Cabello, expresidente de la Asamblea Nacional y hasta hace poco considerado el número dos del régimen.
El mismo diario venezolano afirma que el presidente Maduro habría intentado imponer a Tareck el Aissami, gobernador del Estado de Aragua, cuyo poder ha crecido precisamente a la sombra de su presidencia. Sin embargo, no habría obtenido resultados positivos debido a las conexiones de El Aissami con el tráfico de droga y con Hezbollah, agrupación de la que es el principal partidario en Venezuela. Por esa razón es posible que también Maduro opte por elegir como delfín a Héctor Rodríguez Castro, máximo referente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en la Asamblea Nacional.
Una solución de consenso para la transición –según el diario El Nacional/ABC- podría ser el actual vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.