ESCENARIOS LATINOAMERICANOS TRAS LA SALIDA DEL REINO UNIDO DE LA UNIÓN EUROPEA. De la Brexit a las Malvinas el paso sería muy corto…

¿El reino seguirá estando unido?
¿El reino seguirá estando unido?

El 60% de los escoceses ha votado “remain”, contra la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Para países como Argentina, podría ser una buena noticia. Las consecuencias del “Brexit” en América Latina son difíciles de prever, pero las repercusiones políticas (antes que las financieras) no serán intrascendentes. La orientación de los escoceses, en efecto, anuncia un nuevo referéndum para la separación de Edimburgo de Londres. En otras palabras, el “Reino” dejaría de estar “Unido” y, al perder partes, quedaría muy debilitado incluso en el plano global.

Del Brexit a las Malvinas, dejando correr la imaginación (pero no demasiado), el paso sería muy corto. En efecto, Londres perdería también parte de su “peso” en las tratativas (en el caso de que se iniciaran en serio) para la restitución de las Malvinas a la Casa Rosada, y después del desaire sufrido, habrá que ver si los viejos socios de la Unión Europea siguen estando dispuestos a proteger a los ingleses en las negociaciones por las Islas. No está dicho que esto sea lo que va a ocurrir ni que ocurrirá en tiempos breves. Pero es posible que Argentina pueda forzar la mano (y haría mal en no hacerlo) aprovechando el efecto dominó causado por el referéndum británico.

En Sudamérica las relaciones con Londres fueron pasando a ser cada vez más “económicas” y cada vez menos “políticas”. Entre otras cosas porque los sucesivos cancilleres de Su Majestad Elizabeth II prefirieron considerar América del Sur como el “patio de atrás” de Estados Unidos, dejando que Washington se ocupase de todo desde la época de los sucesivos golpes de “Plan Cóndor” y los británicos asumieron un cierto rol de “guardaespaldas” de  Estados Unidos, más que de protagonistas.

Con respecto a los bancos estratégicos, fuertemente presentes en el Cono Sur, no debería cambiar mucho. Para seguir operando sin recaídas, algunas grandes (y poderosas) instituciones ya anunciaron que trasladarán sus sedes operativas a la zona UE, concretamente a Dublín y Frankfurt. J. P. Morgan advirtió  que podría transferir entre 1.000 y 4.000 personas, sobre todo las que trabajan en back-office. Morgan Stanley considera que deberá trasladar 1.000 (de los 6.000) empleados que en el Reino Unido manejan operaciones con la UE, mientras Goldman Sachs debería reubicar por lo menos 1.600.

Todo esto, entonces, debería preservar también la continuidad de las relaciones económicas con América Latina. Pero mucho depende de la amplitud de miras del nuevo gobierno de Londres, que será formado en el próximo mes de octubre. Al debilitarse en los mercados europeos, el antiguo “Imperio Británico” podría tratar de establecer relaciones comerciales más sólidas precisamente con los prometedores mercados de Sudamérica, gracias también a la devaluación de la esterlina. Pero para que esto ocurra hará falta la disponibilidad de los gobiernos sudamericanos y la no hostilidad de los “grandes” europeos, que tal vez quieran hacerle pagar a Londres haber abandonado la mesa de Bruselas.

En ese caso, las buenas relaciones con países como Argentina, sería indispensable. Siempre que Londres esté dispuesta a llamar a las Falklands con su verdadero nombre.

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