ACUERDO PARA DETENER LA BESTIA. Más controles para desalentar a los migrantes que llegan hasta la frontera aferrados al tren de la muerte

Así van hacia la tierra prometida...
Así van hacia la tierra prometida...

Desde hoy resultará mucho más difícil para las decenas de miles de centroamericanos que se aventuran hacia la frontera mexicana con los Estados Unidos aferrarse a la “bestia” y recorrer los 2.300 kilómetros que los separa de su ansiado destino. Sobre todo a los niños que se mezclan con ellos, expuestos a todo tipo de peligros para reunirse con sus familiares del otro lado del límite.

Estados Unidos, México y Guatemala suscribieron un acuerdo para reducir su número controlando desde el origen, por así decirlo, que no suban al famoso “tren de la muerte”. El gobierno guatemalteca hizo saber que el acuerdo establece la creación de puestos de control a lo largo del recorrido  de las líneas ferroviarias y operativos más frecuentes y cuidadosos de la policía migratoria.

El largo y peligroso trayecto, que expone a los migrantes a la criminalidad y a los accidentes, parte de la ciudad de Arriaga, en el estado mexicano de Chiapas, y llega hasta la ciudad fronteriza de Reynosa y su gemela MacAllen, en Texas. Los migrantes lo recorren subidos al techo o literalmente aferrados a los vagones del tren. El flujo se ha vuelto tan intenso que los habitantes de Arriaga han instalado puestos precarios para vender agua y colchones a los migrantes que viajan.

Pero será difícil desalentar este tipo de decisiones si no se incide seriamente en las motivaciones que las determinan.

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