Agosto ha sido un buen mes para las Abuelas de Plaza de Mayo, la organización argentina que desde hace cuarenta años trata de identificar y restituir a sus familias a los hijos robados por la dictadura militar que gobernó el país desde 1976 hasta 1983. Después de Guido Montoya Carlotto, “identificado” a principios de agosto como nieto de Estela de Carlotto, presidente de la famosa asociación, le ha tocado el turno a Ana Libertad, nieta de otro nombre histórico entre las Abuelas de Plaza de Mayo, Alicia “Licha” de la Cuadra, primera presidente y una de las fundadoras. Se supo en estos días que Ana nació el 16 de julio de 1977 en la sede de la Comisaría 5ª de la ciudad de La Plata, a unos sesenta kilómetros de Buenos Aires, cuando su madre, Elena de la Cuadra, se encontraba detenida en ese centro. La mujer fue secuestrada en la misma ciudad el 23 de febrero de 1977. De ella nunca más se supo nada, mientras su compañero, Héctor Beratti, militante comunista, fue asesinado y sus restos fueron identificados por el Equipo de Antropología forense argentino.
A la identificación de Ana Libertad de la Cuadra se llegó a partir de una denuncia recibida en 2010 sobre una joven que podía ser hija de desaparecidos. La primera investigación documental estableció que las sospechas podían ser fundadas. Por lo tanto el caso fue transferido a la Comisión Nacional de Derecho a la Identidad (CONADI), organismo creado en 1992 en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, cuyo objetivo estatutario es la búsqueda y localización de niños desaparecidos. En 2013 las pruebas fueron remitidas a un tribunal federal que solicitó la extracción de sangre de la joven, procedimiento que Ana aceptó voluntariamente. La prueba genética se llevó a cabo el 25 de abril de este año en un laboratorio del exterior. El 8 de mayo volvieron los resultados a Argentina y el Banco Nacional de Datos Genéticos determinó de manera formal que legítimamente Ana Libertad era hija de Héctor Baratti y Elena de la Cuadra.

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