La trata de personas está en crecimiento en toda América Latina, y Bolivia fue elegida para lanzar la alarma sobre un fenómeno que las legislaciones nacionales no alcanzan a controlar. El “Informe 2014” de las Naciones Unidas, que se presentó en La Paz, suma al dato numérico en aumento respecto de la estadística anterior, una ulterior especificación: una de cada tres víctimas es menor de edad.
En comparación con el trienio 2007-2010, en los años analizados por el informe que se acaba de presentar –trienio 2010-2012- se registra un incremento del 5 por ciento, en base a la información correspondiente a 128 países.
Al referirse a la tipificación de las víctimas, releva que el 70 por ciento son mujeres, aproximadamente la mitad de las cuales son adultas y el resto menores, con un porcentaje cada vez mayor de niñas adolescentes sobre el total de los que sufren este tipo de explotación.