La esperada liberación se produjo. El general secuestrado por las Farc la semana pasada fue puesto en libertad junto con sus acompañantes. En otro punto del país fueron liberados también dos soldados secuestrados mucho tiempo antes por el movimiento guerrillero. El presidente colombiano Manuel Santos declaró que la agenda del proceso de negociación con la guerrilla, fijada en cinco puntos, no ha cambiado. Por paradójico que pueda parecer, el primer secuestro de un general del ejército nacional en medio siglo de conflicto muestra que el proceso de paz es irreversible. Resulta interesante el análisis de Semana, el principal diario de Colombia.
“El secuestro de Alzate puede considerarse, al mismo tiempo, una crisis del proceso de paz y el episodio que le ha dado oxígeno al mismo. Tanto el gobierno como las Farc demostraron capacidad política para darle un manejo adecuado a un hecho desafortunado, que si bien tiene una connotación explosiva se resolvió por los canales de la política y no de la guerra”. “El episodio” –sigue diciendo la revista- “sirvió para que el gobierno y las Farc demostraran que hay madurez en la Mesa de diálogo y que los mecanismos creados para resolver eventuales crisis, como la presencia de garantes de Cuba y Noruega, no son decorativos sino que funcionan en este tipo de impasses, que no son raros en medio de las negociaciones”.
El semanario colombiano dedica una última reflexión a la continuación de las tratativas en Cuba. “Si bien este episodio del general seguramente tendrá un buen desenlace que disminuirá un poco el escepticismo de los colombianos, eso no significa que el acuerdo está a la vuelta de la esquina. Los puntos más álgidos de la agenda están aún pendientes y el camino que falta por recorrer está lleno de espinas. Pero si algo quedó claro en el episodio de la semana pasada, es que tanto el gobierno como las Farc están auténticamente interesados en que llegue a buen puerto el proceso de paz”.