Tres obispos latinoamericanos (Brasil, Perú y Guatemala), en representación de las 22 Conferencias Episcopales de la región, coordinadas por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), hablarán hoy ante los miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Organización de Estados Americanos) para defender la causa de los pueblos de la Amazonia y América Central que afrontan el mismo gran desafío: la presencia sin control de industrias nacionales y multinacionales que explotan los recursos naturales con los consiguientes, relevantes y en algunos casos irreversibles, daños al hábitat, al ambiente y a las poblaciones mismas.
Mons. Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo (Perú) y Presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Celam, mons. Roque Paloschi, obispo de Roraima (Brasil) y mons. Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango (Guatemala), ilustrarán hoy en Washington al organismo interamericano sobre los objetivos del REPAM, Red Pan Amazonia, recientemente creada y presentada en una conferencia de prensa en el Vaticano (2 de marzo). En el encuentro con la prensa, el cardenal Claudio Hummes, Presidente de la Comisión para Amazonia de la Conferencia Episcopal de Brasil, destacó que “en los nueve países latinoamericanos que incluye el territorio amazónico, la Red quiere unir los esfuerzos de la Iglesia para favorecer la custodia responsable y sostenible de toda la región (…) y para promover el bien integral, los derechos humanos, la evangelización, el desarrollo cultural, social y económico de su pueblo, especialmente las poblaciones indígenas”. La Iglesia en Amazonia, dijo el purpurado, “desea hacer red, para unir los esfuerzos, para alentarse recíprocamente y tener una voz profética más significativa a nivel internacional”.
El encuentro, según la crónica del Observatorio Romano, fue convocado en Roma –explicó el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz que patrocina el proyecto- “como testimonio del impacto transnacional de la problemática y la implicación de toda la Iglesia, que quiere dar la más amplia visibilidad a este modelo operativo, un modelo que podrá llegar a ser útil en diversos y fundamentales ambientes como la justicia, la legalidad, la promoción y la tutela de los derechos humanos, el desarrollo inclusivo y equitativo, el uso responsable y solidario de los recursos naturales”. Por su parte, mons. Barreto recordó ayer que el “espacio amazónico” del que se habla cubre un área de 6 millones de kilómetros cuadrados y dentro de su territorio viven por lo menos 35 millones de latinoamericanos. En estos territorios durante muchos años las actividades económicas legales o no legales, como los “garimpeiros” (buscadores de piedras y metales preciosos) han ejercido todo tipo de violencia homicida. Muchas veces pagaron con su propia vida los operadores pastorales, sacerdotes, religiosas (como la hermana Dorothy, asesinada en 2005) y catequistas, pero también numerosos ambientalistas. En 2012 mataron en todo el mundo a 147 activistas y 36 de ellos en el territorio de Brasil, el mismo país donde monseñor Erwin Kräutler, obispo de Xingú, ha sido amenazado de muerte en reiteradas oportunidades y debe vivir con protección policial.