Que los narcotraficantes tienen más recursos que el diablo, lo saben muy bien los gendarmes de las unidades antinarcóticos de la frontera entre Bolivia y Chile, quienes descubrieron tropillas de llamas que cruzaban el límite entre ambos países con el estómago lleno de cápsulas de droga. Los animales normalmente se desplazan en los altiplanos donde se encuentran los 850 kilómetros de frontera. Probablemente la excesiva frecuencia con que pasaban los rebaños de un lado a otro dirigidos por los arrieros permitió que los guardias descubrireran el ingenioso método utilizado por los narcos.
Las tropillas de llamas normalmente tienen entre treinta y cincuenta animales y se m ueven rápida y silenciosamente de un lado a otro de la frontera. Un a tropilla puede transportar hasta 100 kilos de cocaína. Es difícil interceptarlas y aún más difícil capturarlas y someterlas a estudios de rayos X.