El beato argentino José Gabriel Brochero, el “cura gaucho”, está a un paso de la canonización. La confirmación proviene de la comisión médica de la Pontificia Congregación para la Causa de los Santos, que ayer reconoció que Brochero es el autor del segundo milagro que exigen las normas de la Congregación para proceder a la canonización. Para dar por concluido el largo proceso solo falta la aprobación de la comisión de teólogos y luego la palabra pasa a los obispos y cardenales, hasta llegar a la firma del decreto del Papa.
En 2016 –si todo procede normalmente- podría efectuarse la ceremonia, que ya se interpreta como una especie de confirmación indirecta del viaje del Papa Francisco a Uruguay y Argentina.
El obispo de Cruz del Eje –la diócesis que abarca la región donde Brochero realizó su misión evangelizadora-, monseñor Santiago Olivera, mucho antes del veredicto de la junta médica le había comentado a Tierras de América el “vivo deseo” de Francisco de celebrar personalmente la ceremonia, a realizarse en el Valle de Traslasierra, la región al suroeste de la ciudad de Córdoba que Brochero recorrió a lo largo y a lo ancho a lomo de mula en el ejercicio de su ministerio.
Olivera, que a principios de año se había encontrado personalmente con el Papa, comentó también a Tierras de América que el Pontífice deseaba oficiar la ceremonia, poniendo de relieve su especial devoción por el “cura gaucho”.
No es casual que precisamente Bergoglio –cuando era arzobispo de Buenos Aires- haya acuñado la expresión “cura con olor a oveja” para definir a Brochero. El Papa lo consideró siempre como un modelo de sacerdote por la dedicación con que asistía a los enfermos e iba al encuentro de los más humildes. Brochero es conocido en Argentina porque recorrió a lomo de mula toda la región del valle serrano al oeste de Córdoba, trabajando incansablemente por la gente del lugar –construyó personalmente y con la ayuda de sus filigreses, caminos, capillas, escuelas y oficinas de correo- y terminó su vida en la pobreza, ciego y enfermo de lepra.
En cuanto al milagro que se acaba de certificar, se refiere a la curación de Camilla Brusotti, una niña que a los nueve años quedó en coma durante 45 días a consecuencia de los golpes de su padrastro y su madre. El padre explicó que el médico le había dado pocas horas de vida y aún en caso de que sobreviviera, lo más probable era que quedara en estado vegetativo. Hoy aquella niña tiene una vida normal.
El primer milagro fue para otro niño, que también se recuperó de un estado de coma provocado por un grave accidente vial.
En Villa Cura Brochero (el pueblo a 150 km de Córdoba donde el sacerdote ejerció su ministerio y falleció, y donde todavía funciona la Casa de Ejercicios Espirituales que él fundó) los fieles desafiaron el frío esperando la noticia de la comisión médica vaticana en la plaza. La noticia se recibió durante la misa de la mañana, cuando –según el relato de una emisora local- llegó desde Roma un mensaje vía whatasapp de monseñor Olivera que transmitió el anuncio al sacerdote del lugar.
Ahora toda la expectativa se concentra a la probable visita del Papa en 2016.